El Camino del Este

Me senté sobre la cama.

- Algunos no pensarían eso. Entonces... ¿tú y Sabaath... os unísteis cuando eras un niño?

-Mas bien nos unieron....yo ni siquiera tenia uso de razon en esa epoca. Apenas tendria dos años. Muchos no sobreviven, normalmente todos sufren....pero me han dicho que mi union fue limpia. A los tres dias nos sincronizabamos perfectamente, y los lazos-señale los tatuajes-aparecieron sin problemas

- Vaya... y... ¿nunca has... no sé... deseado que las cosas pasaran de otra manera? No es justo hacer lo que otros quieren por la fuerza.

Me quede pensativo.
-Nunca he conocido otra cosa. No puedo desear lo que no conozco. Ahora duerme, dentro de 2 horas nos vamos.

Asentí y volví a echarme. Me quedé mirando por la ventana, pero no pude dormir. Estaba nerviosa. No quería volver a soñar. No quería volver a huir. Pero eso significaba quedarme allí. Y allí era todo tan extraño... Me encogí y cerré los ojos, pero me dediqué a juguetear con los dedos para no quedarme dormida.

Me levante. Estaba empezando a amanecer. Me vesti en condiciones. Prepare el equipaje.
-Debemos de irnos ya-hable lo suficientemente alto como para despertarla.

Abrí los ojos inmediatamente. Siempre había tenido el oído fino. Me levanté y escondí un bostezo entre mis manos.

- Buenos días - sonreí. Observé su equipaje. Lo que yo me ahorraba. Me pasé las manos por el pelo, desenredándolo con cuidado y me até una cola con una cinta. Me lavé la cara en la jofaina que había en la habitación. En dos minutos, ya estaba lista -. Vamos.

Tras pagar al posadero, ensille a Sardinilla. Mi cara ya estaba oculta por la capucha. Monte en el corcel.
-Bien, tardaremos tres dias, asi q tendremos q dormir al raso. De aqui a Sodden no hay ni pueblos ni tabernas.

Monté en Khenhènann y me acomodé la capa, ajustándome la capucha. Bastante había tenido con el día anterior.

- No te preocupes, estoy acostumbrada a dormir al raso. Cuando quieras.

Empezamos la marcha. En silencio. No tenia ganas ni intenciones de hablar. El camino se presentaba monotono. EL clima, bueno.

Al principio respeté su silencio. Pero al rato comencé a aburrirme. El paisaje era monótono, siempre con la tupida selva de fondo.

- ¿Cómo es Sodden?

Carraspee.
-Pues una ciudad bastante sosa. Es sucia, con ruido.....nada especial. No merece la pena visitarla, por eso es una de las sedes masa importatnes de los Ocultistas. A mi no me gusta ir, pero he de cobrar por mi trabajo.

Bien. Una ciudad discreta. Era lo mejor.

- ¿Y después a donde irás?

FDR: Ahora que me acuerdo, ¿qué es eso de los garbanzos de Valeryon?

Me encoji de hombros.
-Alli me daran otro encargo. Ire donde me manden.

Off: Es muy malo, pero va...

¿En que se parecen un caracol y unos garbanzos? En que el caracol es un molusco y los garbanzos, moluscomemos......diossss.....es penoso

Se notaba que aquella mañana no tenía ganas de hablar. Pero no iba a ponerme a hablar con el caballo.

- ¿Cómo eligen a los Ocultistas?

Off: No comento, pero ya me quedan claras algunas cosas

Carraspee de nuevo.
-Eso es confidencial. Los Grandes escojen a los q creen mas aptos, pero nadie sabe cual es el criterio.
Acaricie la oreja de Sardinilla.

Vale. Indirecta captada. Me callaría. Desenfundé una de las espadas que llevaba a la espalda. Me quedé mirando la empuñadura, recordando viejos tiempos.

Por fin algo de paz.
No es q ella fuera pesada (q lo era), pero es q no me gustaba hablar. Si habia hablado anoche era por que me habia pillado vulnerable. Pero claro, ella tenia la necesidad de hablar.
-Por q no me cuentas algo de ti.

Y además no sabía disimular. Pero bueno, a falta de otra cosa...

- Mi vida no es tan interesante como la tuya. Hay poco que contar - y, la verdad, tampoco es que me apeteciera hablar de ello. Había evitado pensar en el tema durante la última semana. Pero lo de anoche...

Sonrei para mi.
-O sea que tengo una curiosa que indaga en mi vida, pero cuando le toca hablar a ella, esconde el rabo.....q interesante

Le miré y sonreí ampliamente.

- Como tú has dicho, yo soy la curiosa. Esa característica no se ve bien en tu trabajo. Bastante te ha costado contar lo que me has contado, ¿no? Todavía no confías del todo en mí y eso te podría acarrear problemas, ¿verdad? No es mi intención agravar tu situación. Suficiente tienes con soportarme, ¿no es cierto?

-Oh, ademas es inteligente y perspicaz....me gustas chica....eh?? ni siquiera se tu nombre

- ¿Qué creías? ¿Que me ganaba la vida pidiendo limosna? Eres más ingenuo de lo que pareces. Jaja. Llámame Dalayn.

-No es q pensara que te dedicabas a pedir limosna, es q pienso q te dedicas a algo interesante con esa mirada tuya.

Bajé la cabeza para que la capucha me ocultara el rubor de las mejillas.

- Pues ahí también te equivocas. Me limito a ir de un sitio a otro. Sobre todo ahora - añadí en un susurro -. ¿Y tu nombre, cuál es?