El Camino del Este

-Creo q seguir avanzando es estupido. Paremos a descansar-señale un claro que se veia a traves de los arboles q rodeaban el camino-ese es un buen sitio.

Desmonté del caballo y nos aproximamos al claro. Aseguré a Khenhènann y me senté en la hierba con las piernas cruzadas, arropada con la capa. Aquella noche era más fresca que la anterior.

- ¿Te queda carne seca?

Le pase la bolsa.
-Toma, acabatela-tras atar a Sardinilla, me sente no muy lejos de ella-si hay algun p roblema, me avisas-me acomode la capucha y cerre los ojos.

- De acuerdo.

Empecé a comer con tranquilidad mientras observaba mi alrededor. Finalmente, me detuve en Vedrick. Lo analicé con detenimiento. Era extraño que alguien pudiera provocar tantas sensaciones distintas en tan poco tiempo. Yo nunca había confiado en nadie más de lo necesario, y aunque sólo lo conocía de tres días, con él me ocurría todo lo contrario. "Te gusta, Dalayn" susurró una vocecilla en mi mente. Sacudí la cabeza intentando desechar aquel pensamiento, pero en mi interior sonreía. Me había prometido no mentirme más a mí misma. "Bueno, es posible, pero eso no importa" le respondí a la vocecita. Y era cierto. Sólo íbamos juntos porque me había prometido sacarme de allí. Tenía que convencerme de ello y dejar a un lado la estúpida idea de acompañarlo en su trabajo. No me lo permitiría, seguro. Y además, me había dicho que tampoco debería haberme dado tanta información. Permanecer allí sólo lo perjudicaría a él.

Cuando me terminé la carne, me levante y me apoyé en Khenhènann, para mantener el calor, mientras permanecía atenta a lo que ocurría en el claro y sus alrededores y cantaba una canción en mi cabeza.

Un chasquido de una rama. Abri el ojo izquierdo. EL viento traia el olor del oeste. Dalayn estaba despierta. Me quede quieto, esperando el momento. Al menos eran seis lobisomes. Y mas que llegarian. Los dos de la anterior noche parecia que habian avisado a sus amigitos.

EScuché un ruido que provenía del interior del bosque. Me levanté lentamente y desenvainé una espada. Agucé bien el oído. Otro chasquido. Traté de ver a través de las ramas, pero todo esta oscuro. Me aproximé con cautela. De pronto, una figura saltó desde la oscuridad. Me hice a un lado y lancé un tajo a mi derecha, mientras me giraba y sacaba la otra espada.

- ¡Vedrick! ¡Cuidado!

Otra bestia se dirigía directamente hacia él. Pero yo ya tenía mis problemas. Dos figuras más me rodeaban.

Abri los ojos de pronto.
-Insensato-alce la mano izquierda-¡Protecto!-un circulo dorado surigo frente a mi. Dibujado en el una estrella de ocho puntas con varias runas. Cuando el lobisome se estrello contra el circulo salieron chispas. La bestia retrocedio con parte del pelaje quemado. Me icorpore y fui hacia Dalayn. Salte a su lado. Tres lobisomes venian a nosotros. Coji la pluma de mi colgante y la aprete-¡Longirus!-la pluma empezo a alargarse hasta formar un baston rojo sangre. De uno de sus extremos surgio un bulbo, que como si de un capullo floreciendo se tratase, surgio una punta de acero negro de aproximadamente 30 cmts. Gire el artefacto por encima de mi cabeza, haciendo un molinete. Las bestias retrocedieron.
-No te apartes de mi Dalayn

- ¿Entonces cómo pretendes que use esto? - dije, moviendo una espada para señalarle a qué me refería. Me puse en posición de ataque, por si acaso -. Los caballos y tú no sois los únicos que necesitáis realizar ejercicio de vez en cuando.

-Q no te alejes de mi, no significa q te peges. A mi tampoco me conviene eso-lance otra estocada a un iluso q se acerco-si no tengo espacio no me puedo mover-me lance a por un lobisome que parecia mas grande que los otros. Le lance varios ataques pero se revolvia y no le conseguia acertar.

Uno vino directamente hacia mí. Cambié de posición y le lancé un tajo a su izquierda, pero la criatura preveyó el movimiento y lo esquivó. Evité un zarpazo por muy pocos centímetros, pero interpuse mi espada. El corte le hizo aullar de dolor. Otro más se aproximó. Hice que el herido chocara contra un árbol mientras corría hacia el otro. Cuando ya lo tenía casi encima, salté hacia un lado y le clavé la espada en el pescuezo, pero la piel era dura y sólo se hundió un par de centímetros, que lo único que consiguieron fueron enfurecer al lobisome. Se dio la vuelta y saltó sobre mí, mientras yo corría hacia él y me dejaba deslizar por la hierba. Mi espada atravesó el vientre y cayó muerto. Antes de que consiguiera levantarme, el anterior volvía a la carga. La pierna herida no parecía afectarle. Intentó morderme, pero giré sobre la hierba y me levanté con un impulso. Sin embargo, la bestia fue demasiado rápida y me alcanzó en un muslo. El golpe me hizo caer sobre el brazo herido pero, para mi sorpresa, apenas sentí un pequeño pinchazo. Volví a levantarme y giré las espadas, esperando a que volviera a por mí.

La Longuirus se incusto en su estomago.....desde la boca. Hice un movimiento con el brazo y un caudal de sangre salio de su boca. Saque la lanza de sus fauces y el lobisome cayo inerte. Otros dos me rodeaban. Me puse en guardia. Se abalanzaron sobre mi. Uno por cada flanco. Clave la lanza en el suelo y la use de pertiga. Las bestias se chocaron entre ellas. Volvieron a la carga. Los vi venir, me quede quieto y en el ultimo momento me deje caer. Una sombra volo sobre mi sin tocarme. En el suelo era vulnerable al otro rival, que no dudo en lanzarse a mi cuello. Gire la muñeca y la longuirus que descansaba en mi mano empalo a la bestia.

Aquella vez no fallaría. No, señor. El lobisoma volvió a la carga, y yo corrí a su encuentro. De haberme cogido su garra, me hubiera quitado un buen pedazo de carne. Pero yo salté sobre un pie y di la vuelta en el aire, clavando las dos espadas en el pescuezo de la bestia y hundiéndolas hasta la empuñadura. Con el mismo impulso con el que había saltado, saqué las espadas y me dispuse a enfrentar al siguiente, que parecía el último. Lo miré fijamente y salió disparado hacia atrás. Chocó en un árbol y cayó de bruces. La criatura se levantó rápidamente y aulló con furia. "Canta demasiado" pensé. Saqué la daga que ocultaba en una bota y la lancé. El filo atravesó su enorme boca y se incrustó en su paladar.

Me levante. Un agonizante lobisome yacia con una daga en la boca. Me acerque a el. Le corte la yugular con ella.
-No hay necesidad de que sufra-se la lance a Dalayn-vayamonos mas lejos, o la carroña traera seres peores.

La cogí y la limpié en la hierba; volví a ponerla en su sitio.

- No era mi intención que sufriera. Esa daga estaba hecha para cosas más pequeñas.

Andé un par de pasos y entonces me di cuenta de la herida que tenía en la pierna. Bufé mientras desataba a Khenènann, que se había puesto nervioso con el olor a sangre.

- ¿No tendrás alguna venda por casualidad, verdad? - le pregunté a Vedrick mientras trataba de tranquilizar al caballo.

Nege.
-No suelo llevar equipamiento medico, exceptuando los elixires. Puede que me quede un frasco de "flor del alba"....no lo se-mire en la bolsa de los elixire-...pues no. Te di el unico-me quite la capa y arranque un trozo grande. Lo seleccione lo mas limpio posible. Me acerque a ella y le envolvi la zona de la herida con cuidado-esto es lo unico que puedo hacer-la mire un rato-te mueves bien.

ME sonrojé al instante, pero no desvié la mirada. Descubrí que me gustaba mirarlo. "Eres una idiota" me dije.

- Gracias. Por las dos cosas. No he hecho otra cosa en mi vida. Mi padre me crió para eso, lo que, unido a mi telequinesia, me hacían parecer un bicho raro - sonreí ampliamente -. Tú también te mueves bien, aunque no es de extrañar. Interesante, tu arma.

Mire a la Longuirus. Un gesto mental, y regreso a la forma de pluma. La coloque en el colgante.
-Si, bastante eficaz. No se si has oido hablar de la religion cristiana. Segun esta religion, al mesias de sus creyentes lo empalo un soldado llamado Longuinus....a su arma se la llamo lanza de Longuinus. A los Ocultistas les gusto y crearon las Longuirus. Cambia el nombre para que no parezca una vulgar copia. La magia con la q son forjadas es muy poderosa. Ya no se hacen......pero bueno, no te voy a aburrir-para su sorpresa la cogi en brazos-te llevare al caballo, sera mejor que nos vayamos cuanto antes.

DEbería haber protestado. Sabía que debería haberlo hecho.

- No me aburres - le dije mientras le apartaba un mechón que le caía sobre la cara. "Una completa imbécil, sí señor" me susurró mi vocecita.

La mire a los ojos.
"Vedrick.....eooooo, despierta"
"¿Que quieres?"
"Que te muevas"
"¿EH?"
"Llevas 3 minutos y 15 segundos mirandole los ojos"
Me sobresalte y la lleve a su corcel, q relincho ligeramente. La ayude a subir. Fui a por Sardinilla, coji a los dos caballos por las riendas y me aleje con ellos.
-Mejor no lo espolees, no sea que te hagas daño en la pierna.

Podía haberme tirado una eternidad mirándolo. Podía haber pasado la vida entera así, y no me hubiera enterado del paso de los años. Por eso, cuando me llevó hacia Khenhènann, parecía como si se hubiese roto un hechizo. "Estás loca" me susurró la vocecilla. "Por él" me susurró una nueva. "Callaos" me dije. Joder, si hablaba sola y todo. Loca de remate.

- Tranquilo, mientras no se me infecte... Sólo lo decía para no desangrarme. No me dolía.

-Los lobisomes comen mucha mierda......hay riesgo de infeccion-me apresuraba a alejarme de alli-de todas formas, puede que crezca alguna planta curativa por aqui-estaba atento a todo movimiento que pudiera surgir a mi alrededor.
"Vaya con el asesinillo.......jojojo"
"¿De que te ries Sabaath"
"De ti, es obvio. Tienes un tacto con las mujeres....."
"¿Eing?"
"SI, se te ve comunicativo y sensible...""Puede que crezca alguna planta curativa por aqui"".....ridiculo"
"Para ya"
"A este paso te quedas para vestir santos"
"Por que no te metes tus palabras en...."
"Soy un ser astral recuerdalo....no tengo ningun tipo de orificio para meter cosas..jajajaj"
"Tu madre"
"NO, tampoco tengo de eso"

- Bueno, crezca lo que crezca no creo que vayas a encontrarlo. No se ve muy bien en la oscuridad. Por lo menos yo. ¿Sabaath hace que veas en la oscuridad?

"Bonita conversación" otra vez la vocecilla. ¿Cuándo empecé a tener vocecillas que hablaban? Me estaban empezando a poner de los nervios... Esperaba que Vedrick no tuviera semejante problema con Sabaath. 200 eran muchos años.

-No es Sabaath quien me hace ver en la oscuridad. Todos mis sentidos estan agudizados, pero por otros medios.....q no querras saber-la indirecta era clara.

Asentí mientras reprimía un bostezo. Demasiadas cosas en poco tiempo. Tenía que asimilarlas. Y la mejor manera era echar un buen sueñecito, como decía mi padre. Aunque esa noche dudaba que fuéramos a descansar mucho.

Me aleje un poco mas. Cuando lo crei necesario paramos. Ayude a bajar a Dalayn del caballo y la recoste con cuidado en el tronco de un arbol. Ate a los caballos.
-Hare yo la guardia, si no te importa.