El Camino del Este

- Oh, venga, anímate un poco. Estás mejor cuando sonríes.

Clavé un poco las espuelas y Khenhènann aumentó la velocidad. Siempre me había gustado sentir el viento en la cara. Necesitaba sentirlo de nuevo, como cuando era niña, y olvidar todo... Reí cuando el caballo alcanzó la máxima velocidad y veía pasar el paisaje a mi alrededor como una línea...

Espolee a Sardinilla. Me puse en posicion aerodinamica y una rafaga de viento me empezo a golpear la cara.
-Enseñasle lo que vales.

Dos caballos negros y dos figuras negras. Parecía una imagen perfecta para un retrato. Cuando Vedrick se puso a mi nivel lo miré y le sonreí. Espoleé aun más a Khenhènann y el caballo dio todo lo que tenía de sí. Sin duda, estaba bien entrenado. En eso había tenido suerte. Cada vez estábamos más cerca del árbol en cuestión, y ambos íbamos igualados. Reí de excitación y me agaché para evitar el impacto del viento contra mi cuerpo.

Me sonreia. Mira q simpatica. Me concentre en el camino. Me dieron ganas de hacer trampas, pero no lo hice. Casi llegamos al mismo tiempo, aunq la cabeza de su corcel rebaso la del mio.
-Tienes buena montura, inteligente y rapida..¿Donde la conseguiste?

- Bueno... sólo la tengo desde hace una semana... Se puede decir que la tomé prestada... - dije irónicamente. Nunca me había gustado robar, pero aquella había sido una situación de vida o muerte - Tu caballo también es muy bueno. ¿Cuánto tiempo lo tienes?

-Lleva conmigo 2 años. Le tengo mucho aprecio. Desde su tatarabuelo voy cogiendo a los descendientes.....salen muy buenos.

- Yo nunca he tenido mucha suerte con los caballos - volvíamos a estar en marcha, a un paso normal -. Nunca me han durado demasiado tiempo

-¿Y eso?

Me encogí de hombros.

- No sé. Mi primer potrillo era de mi hermana. Yo apenas tenía 3 años. Pero era suyo, y casi no montaba. Un día se le escapó. No volvimos a tener otro potro hasta que yo tuve seis años. Pocos meses después de ternerlo, hicimos un pequeño viaje hasta el pueblo donde vivían mis tíos. Por el camino se rompió una pata y tuvimos que dejarlo en una posada, por el camino. Y así muchos. Por lo menos ocho. Al último lo mataron - dije casi en un susurro. ¿Por qué la misma escena me venía a la mente una y otra vez?

-Pues es una pena. Los caballos son animales utiles, ademas de buenos compañeros. Para mi son una herramienta de trabajo fundamental.

- Lo sé. De hecho, Ly fue el que más me duró. Unos dos años y medio. Le tenía mucho cariño. Pero bueno, ya no se puede hacer nada.

Me quede en silencio. Ya no sabia como seguir la conversacion, y no sabia q tema iniciar.

No creía tener algo más que preguntarle. Más o menos sabía lo que parecía esencial. Tampoco quería abusar de su confianza. Y a Vedrick tampoco le gustaba hablar, ni preguntar nada. Pero yo tenía que hablar, aunque sólo fuera para escuchar un sonido que no fuese el piar de los pájaron. Miré el cielo. Al contrario que el día anterior, había varios nubarrones, algunos con bastante mala pinta.

- Parece que vaya a llover.

Mire al cielo.
-Puede....esperemos q no. Antes de llegar al primer sitio civilizado, dormireos otra noche al raso. Podriamos tomar un camino mas directo, por la senda imperial, pero no me gusta. Demasiado transito, y por la noche los lobisomes se ceban con la gente.

- ¿Qué son los lobisomes? ¿No serán otros amiguitos de los tuyos?

Asenti.
-He visto muchas cosas en la vida. Conozco cosas q tu no alcanzas a imaginar. Los lobisomes son...lobos, pero del tamaño de un toro. Garras y colmillos del orden de 5 cmts mas de lo normal, ojos dorados, y un peso aproximado de 500 kg. Capaces de alcanzar a un caballo al galope sin problemas, y son capaces de recorrer 15 millas corriendo sin sufrir agotamiento. Normalmente van en grupos de dos o tres para buscar presas. Cuando encuntran una cantidad importante de carne, toda la manada se reune. Unos 12 lobisomes mas o menos.

- He oído historias sobre esos animales. Decían que nadie sobrevivía a ellos. Mi madre las utilizaba para darnos miedo a mis hermanas y a mí cuando éramos pequeñas. Creo que era el único cuento del que mi padre no se quejaba - sonreí con nostalgia -. Aunque ya veo que no son cuentos.

Nege con la cabeza.
-De hecho son de las especies mas abundantes que cazo.

- DEbe parecerte que vengo del más allá o algo parecido. Es como si hubiéramos vivido en dos mundos radicalmente diferentes.

Volvi a negar.
-Noe s que lo parezca, es q asi ha sido. Mi trabajo es ese, que vosotros vivais en un mundo distinto al mio. Sin criaturas nocturna, ni monstruos asesinos......aunq no se quien es mas asesino, si mis presas o mis clientes.

- Jajaja. No sé. A mí no me pareces un asesino. Sólo un trabajador que se gana el sueldo. Los soldados también son asesinos, y nadie los tacha de ellos. Hay una clara diferencia entre hacer las cosas por placer y por deber. Tú mismo has dicho que no te gusta matar. No eres más asesino que yo.

Carraspee.
-Alomejor me he expresado mal. Yo no me considero asesino, considero asesino a quien me cotrata, no por el hecho de que me mande matar a bestias irracionales que lo unico que hacen es sobrevivir y adaptarse al ser humano que les arrebata el territorio, sino por que ellos matan a sus semejantes.

Alcé una ceja.

- ¿Tus jefes también son "raritos", por así decirlo? - me reí de mí misma -. Creo que estoy empezando a asimilar demasiada informaicón de golpe.

-Creo q me sigues sin entender. Cuando digo la gente q me envia a matar, no me refiero a mis superiores, sino al campesino, al alcalde, al soldado o al caudillo que paga por ello. Mis superiores solo me transmiten el encargo....

Asentí.

- Entiendo.

Volvía a anochecer, esta vez antes, debido a las nubes. Sin embargo, seguimos un poco más hasta que prácticamente ya no se veía.