Camino al norte de Rinnmain

- Claro que sí. La culpa es sólo mía. Por pensar que podías llegar a quererme un poco más de lo posible, y que algún día estaría en un escalón algo más importante. Pero yo siempre he sido un peón en todo esto, ¿verdad? Pues toma esto - metí la mano al bolsillo y lo lancé al aire, cayendo casi a su lado -. Es tuyo. Total, yo nunca he sido verdaderamente tu confidente. Sólo una puta de playa más - añadí en un susurro, mi voz quebrada.

Me di la vuelta y empecé a caminar en dirección contraria, cojeando a causa del tobillo.

"Pasan un par de meses y se revolucionan ¿Eh?"
"Callate Sabaath"
-No fuistes mi puta de playa.....yo te qui....te queria de verdad-aprete las mandibulas. Me quede ahi quieto mirando la arena-debi de asegurarme de que no habia nadie

Las lágrimas resbalaron por mis mejillas. No me volví ni elevé la voz. Sabía que me escuchaba.

- ¿Y en apenas un mes se te olvida todo? Estuve a punto de morir yendo a Torre Oscura. Me dijeron que cuando llegué tú estabas dentro. Y sin embargo, al salir, ya te habías marchado. Quizá deberías haberme dejado marchar la primera vez que te lo pedí, ¿recuerdas? ¿O eso también se te ha olvidado?

-¿Llegaste a Torre Oscura?-me sorprendi-yo no sabia.....te juro que nadie me habia dicho nada...-empece a entender su cabreo-....no debiste.....de todas formas....para mi no ha pasado tan poco tiempo...

Me di la vuelta y le mostré la pierna.

- Tus amigos me libraron de un oso. A cambio, me quitaron los poderes. Tú tampoco estabas. No había nadie al otro lado. Y hace unas semanas mi padre está al borde de la muerte. Durante este tiempo he estado tratando de no volverme loca, y ahora vuelta a empezar. Por mucho que el destino quiera unirnos en miles de profecías, la vida, tú, no sé, todos nos separan. Y yo ya no puedo más, Vedrick - me hundí, al final me hundí, a pesar de mi orgullo -. Te aseguro que no puedo más.

-Yo no sabia nada.....-me hubiese gustado ayudar, protegerla de todo-se que no vale para nada, pero perdoname....debi de seguir contigo....pero....tu no debiste seguir el viaje....-baje la cabeza-sera mejor q desaparezca ¿No?

- No lo sé. No sé qué es mejor. Pero si vas a marcharte hazme un último favor, aunque ya no sientas nada por mí, me da igual. Necesito despedirme.

-¿Despedirte?......bueno....si es algo que yo pueda hacer...

Mis ojos brillaron a la luz de la luna.

- Déjame besarte.

Sonrei.
-Claro

Me acerqué a él, cojeando. Cada paso era un suplicio, y no por el dolor físico. Al quitarle la capucha, mis ojos se abrieron, sorprendidos al no ver los tatuajes. Lo miré fijamente, intentando recordar cada parte de su rostro. Si este iba a perseguirme toda la vida, que por lo menos fuera fiel. Me alcé y rocé sus labios con los míos.

Sentí que no podía. No podía. El remordimiento me perseguiría toda la vida. Al final ladeé un poco la cabeza y le di un suave beso en la comisura de los labios. Agaché la cabeza para que no viera cómo las lágrimas se derramaban por mis mejillas.

- Adiós, Vedrick.

Un año me habia costado asumir que ya nunca estaria con ella.....y pense que lo habia conseguido. Pero ahora estaba tan cerca....todo el esfuerzo no habia valido para nada. Vi sus lagrimas....y me dieron ganas de llorar a mi tambien...pero no podia.

Me agache y puse mi brazo izquierdo en su tobillo. Las runas del brazo artificial brillaron un segundo y volvieron a su estado normal. Su tobillo se recupero.
-AL menos que tengas un recuerdo bueno de mi-sonrei con amargura-adios Dalayn....te deseo toda la suerte del mundo.

- Y yo a ti - susurré, intentando controlar la voz. Pero toda la presión que había estado aguantando estalló, y me derrumbé por completo ante su mirada, su última mirada, su última sonrisa. Me precipité hacia su hombro, dejándo que las lágrimas corrieran libremente. De todas maneras, ¿qué importaba ya? No íbamos a vernos más, nunca más... mi orgullo podría recuperarse en un par de meses.

- Sé que no te importa... pero te amo... y te amaré toda la vida...

La abrace.

-No deberias.....solo doy disgustos y las desgracias me acompañan....olvidame y busca la felicidad Dalayn...olvidame-la bese en la cabeza. La mire-adios-camine lentamente.

- Adiós...

Caí arrodillada, llorando en silencio, observando cómo se marchaba. No habí recorrido mucha distancia cuando escuché una voz a mis espaldas.

- ¿Dalayn? ¡Dalayn!

Era Xavheri. Me limpié las lágrimas y me incorporé.

- ¿Estás bien? - me preguntó desde el caballo cuando llegó a mi lado -. Te vi con aquel tipo y pensé que te había ocurrido algo malo. ¿Te ha hecho daño?

- No - meneé la cabeza, sonriendo -. No, todo está bien. Vámonos, por favor.

Monté en Minarësse y agarré las riendas.

- ¿Quién era? ¿No sería...? - Xavheri calló, y yo bajé la cabeza, avergonzada por lo que había pasado antes -. Pronuncias su nombre en sueños, mientras gritas y lloras. ¿Seguro que estás bien?

Miré a la lejanía, observando cómo la sombra de Vedrick se alejaba poco a poco en la oscuridad. Sentí un vacío en el pecho y supe que mi corazón se iba con él. Refrené el impulso de echar a correr tras él y apreté el puño contra el pecho, como si así pudiera llenar aquel vacío. No, no estaba bien.

- Sí, vámonos.

Estuve caminando un buen rato, pero sin pensar a donde iba.
"No puedo seguir asi.."
"....."
"Voy con ella"
"Creo q es mejor que no lo hagas"
"Ella no tiene por que enterarse"

No quería mirar atrás. Aquello ya había pasado, y cuanto antes me convenciera a mí misma, mejor para todos sería. Pero no pude evitarlo, su rostro se me aparecía con cada trote, y no pude evitar volver la cabeza. Vedrick ya había desaparecido, y el lugar poblado de arena y árboles me pareció dolorosamente desierto. Aparte del agujero, sólo una cosa daba vestigios de que ambos habíamos estado allí hacía unos minutos... tan cerca... El colgante que había tirado al suelo relucía bajo la luz de la luna. Ya sólo me quedaba el aro. Un aro que serviría para conseguir lo que quería. Y después rompería todo lazo con los ocultistas y con mi pasado, costara lo que costase.

Paramos en un pequeño claro, sin decir nada. Bajamos de los caballos y extendimos las mantas. Yo me quedé sentada, con la mirada perdida en el horizonte.

- ¿Seguro que estás bien? ¿No necesitas nada?

- Seguro, Xavheri. Duérmete, mañana va a ser un día duro.

"Sobre todo para mí".

- Está bien, pero descansa tú también. Buenas noches.

- Buenas noches.

Era consciente de su mirada inquisitiva y supe que tardó bastante en dormir, ya que pasó un largo rato hasta que escuché su respiración acompasada y sus pequeños ronquidos. Entonces me levanté y me alejé un poco, internándome de nuevo entre los árboles. Vagaba sin rumbo fijo, aunque esperaba saber regresar por la mañana. Ya no lloraba: mis ojos estaban secos. Al final, rota de angustia, me dejé caer junto a un árbol que seguramente algún rayo había derribado hacía tiempo. ME acurruqué en el tronco, abrazándome las piernas y apoyando la cabeza contra él. Al poco, sin saber qué hacer con las manos, saqué la daga y empecé a raspar la corteza monótonamente, hasta que al final el cansancio me venció y me quedé dormida.

No fue ninguna sorpresa el ver su rostro al mismo cerrar los ojos. Los tatuajes aparecían y desaparecían por segundos. Me dolía el alma y la tentación de levantar la mano y acariciarlo era demasiado fuerte. Pero no me atreví. Temía que si me movía, aquella visión desapareciera y volviera a gritar. Era el primer sueño tranquilo que había tenido en meses.

Me limitaba a seguirla. Era como una sombra. No se habian percatado de mi presencia, ni lo harian hasta que yo quisiera...y alomejor no iba a querer nunca.

Los rayos del sol que se internaban por los árboles me despertaron. Me limité a volver más o menos por la dirección por la que había venido, como un autómata.

- ¿Dónde has estado? - me recibió Xavheri -. ME tenías preocupado. ¿Estás...?

- Estoy perfectamente, Xavheri - le corté. No estaba de humor -. Cuando esté mal, ya lo diré, pero ahora deja de protegerme, ¿vale? Ya no soy una cría.

Sabía que mis palabras le habían dolido, pero me daba igual. Recogimos las cosas en silencio y seguimos rodeando la cordillera, acercándonos cada vez más al río.

"Sabaath.....¿Te suena ese nombre?"
"Mmm...no"
"Investiga...Xavheri...puede que sea peligroso"
"Bien...me comunicare con Torre Oscura"

A pesar de la poca gracia que me hacía, tuvimos que dejar los caballos cuando el terreno se hacía demasiado escarpado. Los atamos por si acaso teníamos que regresar por ellos y comenzamos a subir la montaña.

OFF: Anda, ponte al msn si tienes tiempo

Les seguia a una distancia prudencial.

Al llegar a un rellano, nos encontramos con un montón de hombres armados, apuntándonos con sus hachas y sus espadas cortas. Cuando los miré bien, advertí que no eran hombres. Pertenecían a la raza enana.

- ¿Quiénes sois y qué queréis? ¿Porqué venís aquí?

Me adelanté un paso, aunque sabía que eso me ponía en peligro.

- Querem... quiero ver a los Argemt.

- ¿Los Argemt? Tú estás loca, muchacha - rió uno -. Para ver a los Argemt tendrás que matarnos a todos.

- No si puedo evitarlo.

- ¿Y cómo piensas pasar entonces?

Desenganché la bolsa que llevaba a la espalda y la tiré al suelo. Los metales elfos relucieron bajo la luz del sol. Los ojos de los enanos resplandecieron.

- ¿Querréis hablar ahora?

Sonrei.

Dalayn ya estaba tramando algo.....

El enano sonrió con malicia.

- No eres la primera que ha venido con cosas así para averiguar nuestros secretos. Tendrás que hacer más méritos si quieres pasar.

Su mirada se dirigió hacia mis dagas, las que me habían regalado los elfos yq ue ahora pendían de mi cadera. Le devolví la sonrisa, irónica, aunque con poca gana. Abrí otra bolsa sin quitarle los ojos de encima y las ondas plateadas del aro brillaron.

- ¿De dónde has sacado eso? - preguntó Xavheri. Lo ignoré y tiré el aro al suelo. El enano lo recogió y lo miró por ambos lados, mirándome sorprendido.

- Dile a tus expertos que lo examinen, si quieren. Estaremos esperando aquí hasta que nos permitan pasar.

El enano calló durante unos segundos, consultando con la mirada a los demás. Después, alzó la vista hacia mí y asintió.

- Muy bien, esperad aquí.

Y dicho esto dio media vuelta y se marchó seguido de varios compañeros.