Camino central

- Está bien. Lo que vosotros digáis. Cuando decidáis contármelo, avisadme con antelación para contaros mi propia teoría. A lo mejor llegamos a alguna conclusión.

Me arrebujé en la capa, aunque de poco servía. Estaba completamente calada. Hacía frío y empezaba a tiritar. Tenía ganas de salir de aquel maldito lugar, y no regresar jamás.

OFF: Tranqui, cuando puedas seguimos, no hay prisa ^^

Pasadas algunas horas, nos volvimos a poner en marcha. En silencio. Todos meditabamos.

Cada trote del caballo era casi un suplicio. Me dolía cada músculo del cuerpo, aunque intentaba concentrarme en otra cosa para olvidarme de lo molesto que era ir llena de magulladuras.

Pocas horas después del mediodía, fue más fácil hacerlo. Seguía lloviendo, el cielo estaba encapotado y el paisaje era aún más gris y siniestro que cuando el sol brillaba en lo alto. Por alguna razón, dejé de notar el dolor, y el horizonte comenzó a hacerse borroso. Moví la cabeza varias veces para despejarme, pero sólo contribuyó a darme dolor de cabeza. Sin embargo, no dije nada. Seguimos galopando sin tener muy claro hacia donde, pues todavía no habíamos desencriptado el enigma que me había propuesto Drezan.

-Asi no vamos a ninguna parte
-Si no saltas revientas, Taern
-Pero es verdad...
-Ya lo sabemos....pero asi nos desanimas....
-¿Y por que tenemos q ir nosotros? Que venga el.....

Cada vez me dolía más la cabeza y apenas veía la tierra que se extendía ante mí. Tenía las extremidades cansadas, tanto, que en un momento dado sentí cómo de mi mano se soltaban las riendas del caballo de Vedrick. La cabeza me daba vueltas y todo parecía girar a mi alrededor. Me doblé hacia delante, apoyando la cabeza en el lomo de Khenhènann, pero éste dio un salto para esquivar una gran piedra que brinqué. Mis manos soltaron las riendas y salí disparada del caballo. No sentí el golpe al caer al suelo y cuando quise hacerlo, me di cuenta de que no podía levantarme. No tenía fuerzas. Mis ojos se cerraron, incapaces de quedarse abiertos. Lo último que consiguieron vislumbrar eran unas sombras negras descendiendo desde las nubes. Después de todo, antes de quedar inconsciente, a mi mente le dio tiempo a pensar si serían los de Torre Oscura, o serían simplemente demonios que clamaban venganza.

La coji a unos centimetros del suelo. Se podira haber hecho mucho daño.
-Joder...esta exahusta y malherida....Taern encargate de ella....-Taern asintio
-Supongo que tu iras a por esos desdichados ¿No?
Asenti.
-Al parecer Dalayn se cargo a un Jefe de Clan....vienen a por sangre...no seran un problema..
-Muy bien....yo me quedo con ella-relizo unas runas en el aire. Una runa basica de curacion.
Yo me puse en guardia. Eran unos cinco demonios.....desgraciadamente para ellos, yo me habia enfrentado a cosas mucho peores.

En las sombras de mi mente, la razón me decía que yo no podía estar en ese estado. Había estado mucho peor. Días enteros sin dormir, sin dejar de cabalgar... cierto era que no había estado tan magullada, pero aun así, aquello no era normal.

- Y no lo es, pequeña - dijo una voz.
Permanecí en silencio. Aquella voz me sonaba. La había escuchado antes.
- Estáis tardando... ¿qué sucede?
- No lo sé... - reconocí la voz. Sabía quién era el que me hablaba en sueños -. Nos atacan...
- Oh, sí... un hechizo de confusión... estos demonios se vuelven cada vez más listos, sí... por eso es mejor el sur, es más seguro...
- Drezan, ¿qué quieres decir?
- Pequeña, ¿has visto alguna vez el mar?

Su voz pareció alejarse, hasta desvanecerse por completo. El mar. No, nunca lo había visto, aunque mi madre me lo había descrito un par de veces. El mar. ¿Qué tenía que ver eso con el maldito abismo?

No me dio tiempo a pensarlo. Un torrente de imágenes inundó mi cabeza, y ya no pude reflexionar más sobre el asunto.

Esquive el ataque del que parecia el mas grande. Puse mi mano sobre su potente pecho, y el demonio empezo a vomitar, lo que deberia de ser su sangre.
"uno menos"
Los payasos de ellos habian lanzado algun hechizo, pero eran tan debiles, que no surtian efecto sobre mi, ni sobre Taern.
Me deje caer, evitando un mandoblazo. Hice un ademan con la mano, colocando unas pequeñas capsulas plateadas en los pies de mi agresor. Me incorpore y fui a por otro, cuando el demonio me quiso seguir, una explosion le dejo lisiado, sin piernas.
"Estos bicharracos no se merecen llamar demonios......en mis tiempos eran peligrosos"
"Sin duda son hibridos, demonio cruzado con trasgo, o con orco fetido....vete tu a saber"
Pasaron unos quince minutos, todos eliminados. Respire profundamente para recuperarme.
Me acerque a Taern y a Dalayn
-¿Que tal esta?
-Bien.....el hechizo de confusion es lo que la ha afectado, pero aun asi, le he curado las heridas....no del todo, pero si lo suficiente. Si quieres le puedes dar "FLor del alba"
-No....su organismo no esta acostumbrado a elixires, y no hara un mes ya le di uno
-Muy bien.

Me desperté poco a poco, sin ser muy consciente de dónde me encontraba. Había soñado con mi madre. No recordaba haber tenido esa conversación con ella, pero al parecer mi subconsciente sí. Sin embargo, no conseguía recordar nada de lo que decía el sueño. Todabía no sabía ubicarme demasiado bien.

- ¿Qué ha pasado?

-Ya estas de vuelta-sonrei-tranquila, has sufrido los efectos de un hechizo de confusion.....pero ya esta todo solucionado.....hasta q no te veas capaz no te levantes.

- Lo siento. No hago más que retrasaros y poneros en peligro. Lo siento, de verdad.

Intenté incorporarme, pero la cabeza empezó a darme vueltas y volví a acostarme. "Un hechizo de confusión", pensé. ¿Dónde había oído eso antes? Traté de concentrarme un poco, y la voz de Drezan sonó en mi cabeza. También sus últimas palabras.

- Drezan cree que podemos llegar hasta él a través del mar, pues por tierra no hay un camino seguro. Por cierto, ¿qué ha pasado mientras estaba... inconsciente?

Mire hacia los cadaveres y sonrei inocente
-Oh, nada digno de contar......¿El mar?-cambie de tema-habra q ir a la ciudad portuaria mas cercana....-Taern ya estaba sacando el mapa-...a todos nos vendra bien-Taern me miro simpatico y asintio

Permanecimos un rato en silencio hasta que la mente se me despejó un poco y pude pensar con algo más de claridad. Logré incorporarme hasta quedarme sentada, y fue cuando vi la rastra de cadáveres. No hacía falta que me contara nada. Desvié la mirada y pregunté:

- ¿Cómo es el mar?

Sonrei.
-Inmenso y azul. Es tan grande q se confunde con el horizonte.....particularmente no me gusta demasiado....aunque tengo algunos buenos recuerdos....
-Si....y q lo digas, menudas mozas nos pillam...-le lance una mirada asesina a Taern-....eh....esto....si, es bonito, sin duda

Sonreí, irónica.

- Ya veo... os irá muy bien a los dos, sin duda. Quizá a mí también.

Me levanté y los miré desde arriba, todavía sonriendo. Puse los ojos en blanco y me aproximé a Khenhènann.

Cuando se dio la vuelta, le di una colleja a Taern
-Mira q eres burro
-Oye, no me des.....no tienes derecho, encima q te vengo a salvar el pellejo
-Venga hombre, q llevamos toda la vida juntos.....estas hasta las pelotas del papeleo y buscas accion.....y supongo que Rezaireg querra hacerse mas fuerte
-Si, bueno, puede ser....
Sonrei
-Anda, pongamonos en marcha

Me monté en el caballo riéndome todavía para mis adentros. En mi cara se dibujaba una sonrisa pícara. Claro, que ellos no me habían dicho nada nuevo que no supiera. Había conocido gente que había estado en el mar muchas veces... y las "mozas" siempre estaban dentro de la conversación. En definitiva, todos los hombres son iguales.

Poco a poco, empezamos a alejarnos de allí, en dirección al sur y al océano.

Avanzamos con rapidez, aunq calmados. Manteniamos conversaciones entretenidas, aunque de escaso trasfondo. Nada mejor para relajarse, aunque, realmente todos estabamos en guardia.

- Bueno, ¿alguien tiene idea de dónde está el abismo?

Me encoji de hombros.
-Sin mas informacion.......imposible.........ademas, no sabemos si ese Drezan quiere que atravesemos el mar, cosa que dudo, ya que no conozco a nadie que lo halla cruzado, al menos, no que lo halla hecho en menos de 4 meses......o alomejor solo quiere que rodeemos la costa, entonces la cosa se complica aun mas.....por que abismos..abismos.......¿Donde hay avismos?
-En el infierno....¿A mi que me cuentas?
-Taern, ¿para que estudiaste cartografia?

- Parecéis dos niños pequeños. A ver, déjame el mapa, Taern.

Taern me tendió el pergamino, y me dediqué a examinarlo con detenimiento. La primera vez que lo había visto, me había llamado la atención algo, aunque no sabía qué era. Estuve toda la tarde dándole vueltas, pero sólo conseguí una pequeña idea que se basaba en una semejanza. No dije nada porque seguramente no tendría nada que ver. Finalmente, cuando ya había anochecido y habíamos parado, le devolví el mapa al ocultista.

- Creo que ya sé lo que puede ser.

-Fijate Taern, ella no ha estudiado Cartografia en Kèin, y lo resuelve, y tu te tiras 3 años y mirate-le sonrei divertido
-Yo no tengo la culpa.......mi profesor siempre estaba borracho, y cuando no lo estaba el, lo estaba yo
-En fin......iluminanos Dalayn.....si no, me veo vagando por el mundo durante el resto de mis dias

- Creía que ya llevabas parte de tu vida vagando por el mundo... Bueno... digamos que Abyss se parece un poco a "Abismo"... está en las Tierras del Ocaso... y está al lado del mar... No se trata de estudiar cartografía, sino de tener un poco de imaginación... Supongo que el mar atrofia hasta eso - sonreí.

-¿Quieres ir a Abyss? Se supone q el mago ese nos va a ayudar
-Eso, se supone que nos quiere ayudar
-Prefiero q me cojan los de Torre Negra
-Yo tambien lo preferiria
-En Abyss huele a azufre
-Y a cosas peores
-Por no decir que salen areniscas por todos los lados
-Y no solo areniscas, tambien abundan las kikimoras
-Puag.....odio matar a esos bichos, son repelentes
-Mira, yo tengo suerte.....me dedico al papeleo
-¿Entonces nos vamos a Abyss?
-Habra que cojer un barco, a ver si encontramos unos

- No hace falta que vayáis si tanto os disgusta - me senté en el suelo. Podía estar discutiendo todo el día hasta cansarme, pero desde luego era mucho peor cuando se ponían de acuerdo en algo -. Vosotros os lo perdéis.