Vhirendärsil

Abrí los ojos. Vi a Vedrick tirado en el suelo. Mi primer impulso fue el de acudir en su ayuda. Después, me recordé que era parte de su entrenamiento. Volví a acomodarme, y los miré desde lejos.

La tensión de los hilos desapareció.
-Por si no me crees-Hyouma hizó un giro con la muñeca. Un árbol cercano empezó a perder ramas, cortadas limpiamente por unos afilados hilos de energía invisibles-eso te pasará a ti, como no te pongas en serio...¡kokujou!

Me obligué a apartar la vista. Estaba por tirarme encima. Me concentré en la energía de alrededor, como había hecho aquella tarde. Sentía los finos hilos de energía alrededor de Vedrick. Me alejé más todavía. Pronto me quedé maravillada de la radiante vida nocturna del bosque.

Debió de ser por la adrenalina. Pero pude ver los finos hilos. Interpuse mi brazo artificial. Mi sorpresa fue mayor cuando los hilos consiguieron peroforar ligeramente el material.
-Vaya...-miré al frente y me asusté. Todo lo que veia estaba difuso, bajo una cortina de energía fluyendo. Podía ver las venas de Hyouma llenas de energía, fluyendo junto a la sangre. Veía los hilos, saliendo de sus dedos, alimentandose de el-increible.
-Si, lo es. Pero ahora tienes demasiada informacion. No te interesa saber cuanta energía tiene una piedra. Te enseñaré a distinguir lo que realmente quieres ver.

Sondeé los alrededores, bebiendo la información de la tierra, hasta que hallé algo familiar. Era el mismo duende de la otra noche, aunque se encontraba lejos. Percibía la energía que lo poseía, y la que lo ataba. Alguien lo controlaba. Intenté averiguar quién era, explorándolo más profundamente, pero unos ojos completamente blancos se me aparecieron y abrí los ojos instintivamente.

Todo el mundo que se había tejido a mi alrededor se desmoronó. El claro, Vedrick y Hyouma aparecieron ante mí. Pero en algún lugar de mi conciencia, sabía que me habían detectado, aunque no sabía cómo.

-Venga Beleren...concentrate, aisla todo menos a mi...¿Algun problema Dalayn?

Pegué un respingo al notar que se refería a mí.

- No, nada. Todo bien.

Seguí mirándolos atentamente, preguntándome cómo podía haberme percibido a través del duende, y cómo Hyouma había adivinado que me ocurría algo, o que aquella tarde yo me había dirigido hacia la otra parte del bosque. Estaba inquieta. Ahí había cosas que no cuadraban.

-Bueno, si tienes algun problema...solo dilo...vamos Beleren. Creia que eras Caminante.
-Joder Hyouma, no me presiones. Todo lo que veo es muy confuso, estoy algo aturullado.
-Lo que yo decia

"Corta el flujo de energía del resto, haz como si no existiera" le dije. Eso sirvió para distraerme un poco. Vedrick tenía razón. Me preocupaba demasiado.

Pasaron dos horas, y finalmente conseguí aislar la energía de Hyouma de las demás.
-Bien hecho, ahora tenemos que agilizar esto. Los próximos dias entrenaremos este nivel del doujutsu.
-¿Y no podemos avanzar en otra cosa?
-Ya verás, ya...te sorprenderás.

- ¿Ya habéis terminado? - les pregunté -. Está amaneciendo, será mejor que me vaya. Ahora me toca a mí.

-Muy bien-me acerqué a Dalayn y la besé-suerte. Yo seguiré aquí con Hyouma

- Vale - le acaricié la mejilla con suavidad - Que vaya bien.

Me di la vuelta y me interné entre los árboles para dirigirme al pequeño refugio. Allí me esperaba Jein, ya lista y armada. Me señaló mis espadas sin saludarme, aunque yo murmuré un tenue "buenos días" antes de cogerlas. Después, me puse en posición de ataque, y con un asentimiento mutuo de la cabeza, empezamos a luchar.

Hyouma me atacó lanzando una patada. No avisó, y su velocidad era endiablada, pero vi el movimiento y lo paré.
-Vaya...si que he mejorado
-Tus ojos son capaces de ver lo que otros no verían. Intenta memorizar el flujo de energía de mi cuerpo, mis movimientos...memoriza todo. Así es como se copian técnicas y hechizos. No te hará falta aprender teoria ni formulas mágicas. Tu puedes ver lo que de verdad ocurre. Aprovecha esa ventaja.

Aquella mañana fue mucho mejor que el día anterior. Mi concentración sólo fallaba un poco cuando tenía que contrarrestar hechizos, pero volvía a la carga rápidamente. Percibía claramente cómo Jein se iba agotando más y más, aunque no pareciera mostrar signos de flaqueza. Admiraba su entereza y su determinación, aunque fueran llevadas simplemente por el odio y el rencor, que se hacían visibles tras cada golpe.

Estábamos a punto de terminar cuando de pronto, la vista se me nubló y aparecieron de nuevo ante mí unos ojos blancos, sobresaliendo de un rostro confuso e imposible de identificar.

"Tú eres la Bendición y la Maldición. Sigue tu camino, hija de la luz. Sólo tú eres la llave"

Cuando la visión desapareció, me encontré en el suelo, la sangre cayendo por un brazo, pero apenas sentía el dolor. Estaba conmocionada.

Hyouma paró al instante.
-Algo le ha pasado a Dalayn.
-¿Que?
-Tal vez tengamos que entrar en el bosque...vamos. Ni una palabra al anciano. Iremos e interrumpiremos el entrenamiento su entrenamiento

- ¿Tan débil eres, asesina? - sibiló la dríade.

Yo la ignoré. Miré con lentitud el brazo. Sangraba por un tajo profundo. Puse la otra mano sobre la herida, y con un hechizo esta se selló y dejó de sangrar.

- Tengo que irme - dije, poniéndome en pie.

- Tú no vas a ningún sitio - me detuvo, cogiéndome del brazo.

- No puedes detenerme - la miré profundamente, y algo vería en mis ojos que le hizo retroceder -. Dile a Nerhïndwen que volveré luego. Y no me sigas si no quieres terminar mal.

Dejé que las palabras se abrieran paso en su mente, y cuando me convencí de que no me seguiría, me mi la vuelta y eché a correr entre los árboles.

Vimos como Dalayn corría.
-La seguiremos en silencio. Oculta tu energía. Que no nos detecte.

Saltaba las ramas y los pequeños baches sin apenas notarlo. Mi mente no estaba allí. Buscaba la presencia del duende, dondequiera que estuviera. No notaba los rasguños en los brazos ni en las piernas. Simplemente seguía avanzando, sondeando el bosque. Finalmente, lo encontré en el límite del bosque. Seguí corriendo, sin perderlo, hasta llegar allí también, aunque alejada de él. Entré en trance. Su mente eran aquellos ojos sin pupila, que me miraban desde la oscuridad.

"Hija de la luz..."
"¿Qué es lo que quieres de mí?"
"Tú eres la llave..."
"¿Qué quieres decir?"
"Entra, si no temes, para saber la verdad..."

La voz se desvaneció, al igual que los ojos. Estuve varios minutos parada, pensando qué hacer. Después, vacilante, avancé un pie. El suelo yermo que parecía antes se transformó en hierba verde y fresca, como la que había detrás de mí. Un paso más, y otro, y otro, y el bosque se fue abriendo a mi alrededor poco a poco. Una vez hube avanzado unos cuantos metros, empecé a correr de nuevo, adonde sabía que se encontraba aquel árbol seco y retorcido. Algo me decía que allí encontraría lo que buscaba.

-Vamos, apresurate. Se desplaza muy rápido.
-Si, maestro. ¿Crees que estará a salvo?
-Eso espero ¿Puedes ver el bosque oculto tras la ilusión?
-hmm...si...¡Si!
-Bien, muy bien. Manten el doujutsu activo.

Finalmente, el árbol se erigió ante mí como salido de un sueño, tal y como lo había visto la noche anterior. Miré a mi alrededor, buscando alguna presencia desconocida, pero no veía ni lograba percibir nada. De pronto, escuché una voz a mis espaldas.

- ¿Me buscabas?

Me giré. Una elfa vestida de blanco, con los ojos sin pupila y aparentemente mucho más anciana que Nerhïndwen me sonreía.

- ¿Quién eres?

- Mmmm... no recuerdo mi nombre. Hace tantos siglos que se perdió en la historia que ya nadie lo recuerda.

- ¿Qué es lo que quieres?

- Mmm... la pregunta es qué quieres tú, y si estás dispuesta a que tus amigos también conozcan la verdad.

Miró a un punto detrás de mí, pero al darme la vuelta no vi nada.

-Menuda mierda, nos ha visto Hyouma
-Shssss...habla más bajo. No armes escandalo, avancemos despacio. Que vea que no queremos hacer daño

Entonces, vi a Vedrick y a Hyouma acercándose lentamente. Me giré hacia la elfa.

- ¿Cómo...?

- Yo lo sé todo, querida, absolutamente todo. Pasado... presente... y futuro...

Me quedé en silencio.

- ¿Sabéis por qué éste árbol está oculto? ¿Sabéis por qué está seco? ¿Queréis saberlo? ¿Seréis capaces de bucear en sus entrañas sin volveros locos como aquellos que lo intentaron antes que vosotros? ¿Podréis hacerlo?

Miré a la elfa.
Hyouma empezó a hablar.
-No dudamos de tu visión. No dude tampoco de nuestras capacidades. Desde que estoy aquí me han prohibido venir a este lugar. Es hora de verlo.

- Mmm... mal vas si supones que he tenido una visión. Este árbol está aquí desde la creación del mundo. Algunos lo llaman el Árbol de la Ciencia. Otros, el Árbol del Bien y del Mal. Los primeros seres que habitaron el mundo quisieron su poder, y se volvieron locos. Los elfos lo ocultaron, para que nadie pudiera volver a mirar en su interior. Las razas se separaron. El mundo se escindió. Hasta que yo fui llamada para comprenderlo. Al principio, el árbol estaba lleno de vida y poder. Ahora, sólo gracias a mí permanece vivo, lo que me ata irremediablemente a él. Los hombres han usado mal sus poderes. El mundo sangra y se muere. Y el árbol muere con él.