Alrededores de los Bosques Nevados

Cuando me desperté era ya de noche. Olía maravillosamente bien. Saabath me miraba.

- Lo siento. Pero estaba molida - bostecé -. Gracias.

Sonrei. Esta vez la sonrisa era cariñosa.
-Eres muy valiente.....siempre plantas cara. ¿No tienes miedo a nada?

Le sonreí, también afectuosamente.

- ¿Sabes? Mi padre me alababa por ello. En cambio, mi madre se quejaba de que nunca temía a nada, y que eso acabaría matándome. Cuando mataron a mi familia, no tuve miedo. Sólo pensaba en huir. Ni cuando nos atacaron los ocultistas en Sodden. Sin embargo... - recordé la lucha que tuve que mantener al entrar al Ojo de Zafiro -. Tuve realmente miedo de haber perdido a Vedrick. En general, creo que tengo miedo de quedarme sola y no saber qué hacer con mi vida.

-La soledad no es mala. Al menos no tan mala como se piensa. Para apreciar la compañia primero hay que estar solo. Para conocerse bien a uno mismo, hay que estar solo.

- No es malo estar solo. Lo malo es sentirse solo. Toda mi infancia ha sido así, hasta hace unos años, cuando la gente vio que mover cosas sin tocarlas podía ser más útil que una simple maldición. ¿A qué tiene miedo Vedrick?

-No está en mi mano decirtelo. Son cosas suyas. Si quieres preguntaselo a el. Y si el quiere, te responderá

- Sí, eso es algo que le afecta directamente a él, perdona. En fin, ¿quieres que sigamos? Supongo que tu visión de noche también será estupenda, ¿verdad?

OFF: Buenas noches Que tengas dulces sueños, me voy ya ^^

-Digamos que si.

Me levanté y seguimos andando bajo un cielo encapotado, sin luna ni estrellas.

Ya me habia cansado de hablar, asi que caminaba, sin mas

Ya no tenía nada que preguntar, o al menos no se me ocurría nada, así que permanecí en silencio, sabiendo que Saabath lo agradecía.

Avanzamos un buen trecho. Los detecté
-Parece que le interesas a alguien.....esta vez son los demonios.....

Off: Gracias por el libro....muak muak

- ¿Los de antes? ¿Otra vez? Debería haberlo sabido... esto no va a parar... ¿cuántos son?

OFF: De nada cariño ^^

-Siete, dos hechiceros y unos 5 elfos. No debería de tener problemas, pero me llevará un tiempo

- Voy contigo.

OFF: Mira los nuevos photoshops de la patri

-¿estas segura?

Off: El lunes formateo el ordenador, asi que estaré algunos dias ausente

- Por supuesto. Así acabamos antes. Vamos.

OFF: Yo también lo llevo, pero a que le pongan tarjeta gráfica nueva XD Operation multi ^^

-Como quieras.....-me di la vuelta y avance

Off: Seguramente yo tambien le cambie cosillas.....pero para navidades

Fui detrás suyo dejando que me guiara hasta que yo también pude percibirlos.

- ¿Algún plan de ataque? ¿Nos separamos, les atacamos directamente, los sorprendemos, sólo fuerza bruta...?

Lo dije en voz muy baja, apenas un susurro audible, pero parecieron escucharme, pues sentí cómo sus focos de energía se movían a una velocidad pasmosa hasta nosotros.

- Se acabó el factor sorpresa.

Desenvainé las espadas y me preparé para mandar al primero que apareciera volando por los aires.


OFF: Sí, creo que de aquí a Navidades todos vamos a hacer ciertas modificaciones en nuestros respectivos ordenatas XD Y luego hablamos de crisis... (claro, que a mí la mitad me la paga mi hermano, no como los demás )

-Encargate de los elfitos.....y si puedes de los hechiceros...los demonios son mios

Off: lo mio seria el regalo de reyes

- Estaba pensando lo mismo.

Cuando llegaron lancé al primer elfo hasta un árbol, y se oyó el crack de su cuello al partirse. Los hechiceros me miraron y los elfos se enfurecieron. Parecía claro cuál era mi territorio.

Lancé una bola de energía, que vino a estrellarse contra un escudo invisible, y eso me recordó que tenía que crearme el mío propio.

Intentaba anticiparme a los ataques mágicos mientras repartía estocadas por todos lados, algunas de las cuales acertaba en algún elfo. Uno de los hechiceros no pudo detener una daga hechizada que destruyó su ataque de fuego y le atravesó el pecho.

OFF: Que yo sepa, el Isaac se la paga él, Dany no sé lo que va a hacer, la patriciamó no tiene un duro, así que ya veremos lo que hace, y yo estoy intentando negociar mis reyes, así que la tarjeta nos la pagamos entre mi hermano y yo.

Pare la hoz ardiente con el brazo. Un olor a quemado se extendio por la zona. Con la mano libre, le agarre la cabeza y arroje al demonio lejos. Cree una cupula de roca que me protegiese, pero las demoniacas armas la destrozaron como si de papel se tratase.
Esquive otra hoz, y atravese el pecho del demonio con mi brazo derecho.
-Ahora vuelve de donde viniste engendro-empece a liberar energía. Un enorme agujero aparecio en el cuerpo del demonio que empezo a suturar fuego líquido. AL cabo de unos segundos no era mas que cenizas inertes. Me gire.....
La hoz atraveso mi vientre. Sonrei malevolo

El segundo hechicero se quedó contemplando cómo me enfrentaba a los otros cuatro elfos a la vez. Saqué la otra espada y en un par de segundos ya tenía a uno ensartado. El tercero murió a manos de su compañero cuando intentaba clavarme su arma; ése fue detrás. El último fue duro de roer. Repelía todos mis ataques y parecía conocer todos mis movimientos. Me pregunté si nohabría estado en la refriega de días antes.

Cuando atravesaron a Saabath me sobresalté, y la distracción me valió un buen tajo en el vientre. Sin hacerle caso, me dispuse a acabar definitivamente con él. Realicé una finta, lo desplacé con telequinesia y un segundo después su cabeza rodaba por el suelo.

No era sangre lo que salía de la herida, sino arena.
Agarre el arma agresora y la quebré. Patada y demonio por los suelos.
Todo el suelo se estaba llenando de arena a una velocidad increible.
Los demonios me atacaron, pero la arena les entorpecia, golpeaba, cegaba y me daba oportunidad para desterrar a otros dos

Me detuve a examinar la herida sin recordar al otro hechicero, que aprovechó la oportunidad para lanzar un fuerte ataque que no consiguió atravesar el escudo, pero que me lanzó hasta chocar contra un árbol, donde el escudo se rompió y yo caí al suelo. Oí el crujir de algo, supuse que un hueso, y me sentía aturdida. Pero mi instinto me impulsaba a moverme, y me ahorré de acabar fulminada por un rayo.
Miré al hechicero, que me lanzaba otro y giré sobre mí misma para volver a esquivarlo. Empecé a lanzar bolas de energía a discreción y sentí cómo su escudo se quebraba poco a poco hasta destruirse. Indefenso, alzó las manos y unas enredaderas surgieron de la tierra para mantenerme fija, pero yo aproveché el tiempo y lo hice chocar contra otro tronco. Una vez en el suelo, hice que se resquebrajara la tierra bajo sus pies, de una manera más eficaz de lo que había hecho al mostrarle a Khandar lo que sabía. Antes de que pudiera enviar otro hechizo hacia mí, liberé la energía bajo la tierra y quedó fulminado