Río del Norte

-Es una estupidez.
-Te caiste de morros...
-Ya lo se.....no me lo recuerdes
-Entonces solo eras un niño, es normal que te afecte
-Dejalo por favor.
-Si, solo era la orilla, pero no eras capaz de incorporarte
-Para
-jajaja...recuerdo tu cara llena de lodo
-Por favor....
-Y como llorabas

- Ey, Taern, déjalo ya. Tampoco hace falta pasarse - le acaricié la cabeza a Vedrick -. A todos nos ha pasado algo por el estilo.

Sonrei a Dalayn.
-No pasa nada....cosas peores me ha hecho este pardillo
-Tu madre
-Si Taern, si.....-la di un beso-sera mejor que descanses un poco.

- ¿Con este sol? Ni lo sueñes. Continuamos. Quiero llegar a ese río y darme un baño. Vamos.

Suspire.
-Debes de estar agotada...pero como quieras...Taern, tu y yo delante-desaparecimos.

Drezan y yo cruzamos nuestras miradas, pero bajamos la cabeza inmediatamente. Yo todavía seguía sin saber qué decirle. Hasta que una pregunta que rondaba mi cabeza brotó de mis labios.

- No nos persiguen por ser descendientes de aquellos hechiceros de los que nos hablaste, ¿verdad?

- Verdad.

- Es por mí.

- Al principio, sí que fuimos algo perseguidos. Nuestro poder levantaba envidias sobre los ocultistas y otros hechiceros. Con el tiempo, eso hubiera desaparecido de no haberse pronunciado la profecía. De esta manera, se garantizaba que tarde o temprano aparecería alguien con el poder suficiente para enfrentarse al Sistema, o al menos a parte de él. Sin embargo, era sólo una interpretación, así que muchos ocultistas abandonaron la idea. Aun cuando parece ser cierta, muchos no participan en esto. No les interesa, no va con ellos.

- Entonces, ahora...

- Esos ocultistas han muerto, pero cuando descubran todo tu poder...

Ambos callamos, y seguimos avanzando en silencio.

Paramos. No habia nadie en varios kilometros a la redonda.
-¿Crees que hacemos lo correcto, Vedrick?
Me quede pensando.
-Puede que sea egoista Taern, pero, si no hago esto, no podre vivir tranquilo. Aqui hay cosas que nadie se puede imaginar. Creo que la magnitud de lo que esta pasando no solo me afecta a mi, y ahora, con lo de esa profecia....-pare de hablar-...todo es muy extraño. Nunca he creido en esas cosas....magia profetica, premoniciones.....se que tu tienes algunas, pero no a esa escala....no se, antes lo que queria saber de la magia era como hacer un hechizo de fuego con el menor coste de energia....
-Te entiendo.
-Ahora me doy cuenta de que mi existencia no ha sido al azar.
-Eso parece.
-¿Sabes? Estaba mas agusto siendo un minusculo grano de arena en medio de la playa.

Atardecía cuando alcanzamos el río. Taern y Vedrick todavía no habían aparecido. Buscamos un sitio para vadearlo sin problemas al día siguiente. Yo había visto más arribla una pequeña cascada entre los árboles, pero no quería dejar solo a Drezan, así que esperé en el suelo hasta que llegaran los dos, exhausta.

Aparecimos por distintas posiciones.
-Bueno, todo despejado-Dalayn parecia cansada-por ahora no habra problemas.

- Menos mal, aunque la otra vez también parecía todo normal, en fin... voy a darme un paseo.

Tardé unos cinco minutos en llegar a la cascada. Los árboles la ocultaban totalmente, y había varias rocas por ahí. Me quité la ropa y me lancé al agua. Nadé un poco y luego me coloqué bajo el agua de la cascada, que me caía sobre los hombros. Más o menos relajada, sentía la tensión de los últimos días, el dolor de hombros y el cansancio.

Nosotros dos nos quedamos con Drezan. Nos sentamos y nos quedamos callados.

Al salir del agua y vestirme de nuevo, me senté al lado de una roca mientras me secaba... pero estaba tan cansada que me quedé dormida sobre ella sin darme apenas cuenta.

Me dedique a lo que hacia siempre cuando estaba en silencio. A repasar formulas, hechizos y runas. Dalayn empezaba a tardar, pero no me preocupe, seguramente tendria mucha tension acumulada.

Estaba enfrascada en sueños, aunque no veía nada en claro. Las imágenes se veían borrosas... en un momento dado, noté una enorme fuente de energía, me removí en sueños, pero no podía abrir los ojos, estaba demasiado cansada.

Taern me interrumpio.
-¿No crees que tarda demasiado? Deberias de ir a ver
Asenti. Me levante y fui hacia la cascada.

Ahora había mucha más energía, localizada en distintos puntos. La percibía por todos lados. Oía susurros, palabras sueltas, mi nombre, más susurros, alguna frase sin ningún significado, mi nombre otra vez, más fuerte, más claro. Abrí los ojos y miré alrededor. No había nadie. No sentía nada. La sensación había desaparecido. No había nada cerca. Expulsé el aire contenido, cerré los ojos y me dejé caer en la roca de nuevo. Me llevé la mano al pecho, intentando acompasar los latidos de mi corazón con una respiración lenta y fluida. No sabía qué había pasado, pero tenía que ser cosa de los sueños, así que ya le preguntaría a Drezan.

Llege alli. Estaba tendida en una roca, con los ojos cerrados. Me sente en la orilla, junto a un arbol y me quede velando.

¿Otra presencia? Estaba empezando a hartarme. Sin embargo, conforme fue acercándose, supe quién era. Sonreí, todavía con los ojos cerrados.

- ¿Piensas quedarte ahí toda la noche?

Sonrei y me acerque.
-Pense que dormias

- Tú lo has dicho, dormía - dije no sin cierto tono sarcástico -. Pero parece que dentro de mi cabeza pasan cosas más raras que fuera. Así que he decidido darme un descanso. ¿Y tú? - pregunté cuando llegó a mi lado -. Creía que te habías quedado con Taern y Drezan. ¿Has venido a retar al agua o es que me echabas de menos?

-Estabamos preocupados.....llevabas mucho tiempo aqui, y vine a ver si estabas bien.

- Lo siento, me quedé dormida de lo cansada que estaba. El agua me relaja mucho, pero no había sido mi intención tardar tanto.

Sonrei.
-No pasa nada.

Sonreí también. Le acaricié el rostro con el dorso de la mano.

- ¿Y tú cómo te encuentras?

-Bueno, supongo que bien. Taern me anima mucho....pero bueno. Si quieres puedes seguir descansando