Río del Norte

Drezan se sentó en el suelo, descansando un poco. Se le veía agotado.

- Estamos en los ríos del norte, entre el Bosque Central y Raswelt, en el imperio de Folhavren, justo debajo de las Tierras de Nadie. Yo no puedo entrar allí, así que cuando lleguemos a Raswelt y esté completamente recuperado regresaré a Nearabyss. Dalayn, dame uno de esos pastelillos, por favor.

Abrí el paquete y le tendí uno. Olían deliciosamente bien.

OFF:

¿más o menos te ubicas?

-¿Has atravesado el continente norte con un solo hechizo?-estaba asombrado

- Si, bueno, mis poderes innatos me facilitan el proceso... la verdad es que ha sido más complicado de lo que pensaba, pero estáis llenos de energía, y eso es bastante útil.

Se comió varios pastelillos más, aunque aún se le veía algo débil.

- Siento no haber podido llevaros más lejos. Como comprenderéis, si nos buscan no es por algo puramente del pasado. Es tener fuera de su control un poder tan grande lo que les asusta.

-Si, bueno.....supongo-mire al cielo-sera mejor que descanses. Taern y yo exploraremos la zona-nos alejamos de alli.

Me senté junto a Drezan mientras veía cómo ambos se alejaban.

- Bueno, con tu permiso, creo que dormiré un poco, pequeña. Si no, no voy a poder andar un solo paso. Llámame cuando vuelvan Taern y Vedrick.

- De acuerdo, descansa - contesté. No estaba atenta a lo que decía. Estaba mirando a mi alrededor, el río en crecida, el verde prado. Todo me recordaba dolorosamente a un pasado que tenía que aprender a dejar atrás, pero que me perseguía continuamente. Para colmo, ahora más y más acertijos. Las palabras de Yiurke no se me habían olvidado. Estaba segura de que no eran cosas de niños. Su madre me había dado su bendición. ¿Por qué, si apenas me conocía? Intuía que algo se estaba cociendo, algo que tenía que ver conmigo, pero no alcanzaba a adivinar el qué. También intuía que Drezan estaba al tanto de todo aquello, aunque se esforzara por disimularlo. Y sin embargo, no me atrevía a preguntarle. Había algo, una fuerza oculta, que hacía que sintiera mucho respeto hacia aquel hombre, tanto como para respetar su silencio si así lo quería, aunque eso pudiera afectarme. Su manera de hablar, de llamarme "pequeña", me decían algo, pero eran demasiados cabos sueltos como para poder atarlos de la noche a la mañana. Siempre había sido muy sutil en ese aspecto. Me dedicaba a atar cabos con gran facilidad, pero todavía se me escapaba algo en aquel asunto, algo...

Eramos como sombras. Saltabamos entre los arboles, corriamos, pero todo en silencio. No habia nadie en los alrededores.
-Bueno, un poco de paz al fin, ¿EH ,Vedrick?
-Yo que tu no me confiaria mucho, estamos en el territorio de nuestro enemigo.
-Venga, hombre, los de torre Oscura estan en Tierra de Nadie...esto es mundo civilizado.
-Hmmm....aun asi...

Era ya más de medio día cuando Drezan se despertó, y ni Taern ni Vedrick habían vuelto. Esperaba que no les hubiera sucedido nada malo.

- Vaya, me siento como un roble. Sin duda, esos pastelillos tienen algo mágico, aunque nunca he podido averiguar la receta. ¿Ha ocurrido algo, pequeña?

- No, Vedrick y Taern no han vuelto todavía.

- Oh, bueno, así tenemos tiempo de dar un paseo, ¿me acompañas?

- Claro - dije sonriendo. Ayudé al hechicero a levantarse y ambos nos acercamos al río, caminando por su orilla. Drezan estaba pensativo -. ¿Pasa algo?

- No, nada, es simplemente el río. Está muy crecido, la primavera está avanzada. Tendremos que averiguar un modo de vadearlo sin tener que dar un gran rodeo. De todas maneras, dentro de cuatro días tendré que irme.

- ¿Tan pronto? -Por extraño que pareciera, no quería que se marchara.

- Si, lo siento, pequeña, pero si mis cálculos no fallan, en cuatro días más o menos estaremos en Tierras de Nadie, y no deseo acercarme por allí. Una vez dentro, no se puede salir por medio de la magia. Al menos yo. Además, dentro de cuatro días será la fiesta del Claro de Luna allí en Nearabyss, y se requiere mi presencia.

- ¿La fiesta del Claro de Luna? Nunca había oído hablar de ella...

- No, por supuesto que no... eso sí, se celebra desde hace muchísimos años cuarenta días antes del solsticio de verano. Celebramos el auge de la primavera y... - pareció dudar - y la llegada del vernao.

- Mmm... - me quedé pensativa. ¿Dentro de cuatro días faltarían cuarenta días para el solsticio de verano? Dioses, cómo pasaba el tiempo... Los ciclos lunares marcaban los meses, y yo había nacido exactamente una noche de luna llena cuarenta días antes del solsticio. Iba a cumpli dieciocho años, y en Nearabyss se celebraba una fiesta el mismo día... "Eres esperanza y liberación"... algo no me cuadraba. ALgo se me escapaba. ¿Pero qué? ¿QUÉ?

- ¿Te ocurre algo, pequeña?

- ¿Em? No, nada, nada...

Taern y yo nos habiamos parado. Todo estaba en calma. Demasiada calma. No se oian ni los pajaros.
-Tal vez deberiamos de volver, Vedrick.
Asenti.
-Si pasa algo, mejor estar cerca del mago.
Regresamos.

- ¡Cuidado! - sentí un empujón por la espalda que me tiró al suelo. Miré hacia atrás. Drezan se interponía entre un ocultista y yo. ¿Cómo nos había podido encontrar tan pronto? Me levanté y saqué las espadas.

- Será mejor que te las guardes, no te servirán de mucho, humana.

- Eso habrá que verlo - contesté.

- Deja que yo me encargue de él, pequeña.

Drezan formuló unas palabras y de sus manos salió unas pequeñas bolas de fuego. El ocultista las esquivó con facilidad, pero Drezan no envió más. Se le veía cansado, todavía no estaba recuperado del todo. Me puse en su lugar y me dispuse a enfrentarme al ocultista.

Me lancé a por él, moviéndome con agilidad, atacando y parándome con la telequinesia para sorprenderlo. Cuando parecía que iba a ensartarlo, interpuso su Longuirus y salí despedida hacia atrás. Conseguí mantenerlo a raya varios minutos más, pero en una de esas, una de las espadas salió volando. El ocultista se lanzó hacia mí, dispuesto a dejarme en el sitio. Puse mis manos para tratar de parar su estocada en un movimiento inconsciente. Entonces sentí una enorme fuente de energía que se movía a mi alrededor, y el ocultista fue lanzado hacia atrás con una fuerza estremecedora. Caí de rodillas al suelo, exhausta. ¿Qué demonios había ocurrido? Aquello no había sido telequinesia...

Taern se puso delante de Dalayn. Yo esperaba en un arbol.
EL ocultista tenia la capa negra. Si avisaba a Torre OScura, adios todo el tinglado. Sali de mi escondite. ME fui hacia el. El me miro.
-Vedrick....que oportuno...estaba claro que si tu confidente estaba aqui, tu no andarias lejos. Al fin y al cabo, es a ti a quien queremos.
-¿Para que me quereis?-era solo por entretener, sabia cual era la razon.
-Tu lo sabes igual que nosotros-aparecieron otros tres.
-Cuatro contra uno, no me parece justo-me prepare para el combate. Ellos, parecian ansiosos.

Drezan acudió a mi lado mientras los otros peleaban.

- ¿Estás bien, pequeña?

- No, ¿qué ha pasado? No he utilizado la telequinesia, ni ningún hechizo. Y, sin embargo, apenas puedo moverme.

- Has hecho un golpe de energía, es normal que estés así. Supongo que tendré que enseñarte a controlar la energía de tu alrededor sin dejar escapar la tuya propia. ¿Desde cuándo tienes ese poder?

- No lo sé. Desde ahora mismo. No había hecho antes algo así. Siempre utilizo mi propia energía.

- Pues tienes que aprender a hacerlo con la energía externa, tú que puedes. Es otro poder innato... joder... -murmuró entre dientes, pero yo lo escuché.

- ¿Qué pasa?

- Nada, no pasa nada... - Drezan se calló, y ambos esperamos viendo cómo se desarrollaba la pelea. Tenía que ayudarlo, no podía dejar a Vedrick solo... pero no podía moverme... no tenía fuerzas... Drezan me tendió un pastelillo, pero yo no podía comer, no podía quitar los ojos dela batalla.

Bloquee su golpe con mi brazo. Su fuerza era increible. Otro me atacaba por detras. Gire sobre mi pie izquierdo y estire la pierna derecha. Un hombre normal se hubiera comido mi pie, el simplemente lo evito. Un tercero me intentaba hacer una zancadilla. Era imposible esquivar todo. Al menos tenia una cosa a mi favor, no querian matarme, si no, ya lo hubiesen hecho hace mucho.
Rode por el suelo. Y me concentre. Deberia de haber una leccion de mi maestro por ahi. Pero como no acudia, saque la Longuirus. Sonrei. Yo no tenia nada que perder, ellos si.
-Esta bien, Vedrick, calmate....hagamos esto como personas civilizadas.
-¡Y una mierda!
-Como quieras-se agarro el vientre y se encogio. Unas oleadas de energia empezaron a salir de el. SU cuerpo empezo a crecer, su ropa se desvanecio. Su silueta cambio. Ahora era una especie de golem de unos 2 metros y medio de alto. Con un solo ojo y unos puños desproporcionados.
"Un elemental de nivel cinco...es muy bueno, Vedrick"
"Gracias por al informacion"
Ni siquiera lo vi, su puño vino hacia mi, y, a pesar de la distancia, me golpeo de lleno. SU brazo se habia estirado. Sali despedido a unos cincuenta metros, atravesando un arbol de camino.

- ¡Vedrick! - intenté levantarme, pero apenas podía moverme.

- ¡Utiliza su energía, Dalayn! ¡Absórbela!

- ¿Cómo?

- Siente su poder y atráelo hacia ti.

Sentía su poder, pero no podía atraerlo. No sabía como hacerlo.

- Vamos, pequeña, yo sé que puedes. Demuéstrales de lo que eres capaz.

El colgante empezó a brillar con una luz deslumbrante. Podía sentir un movimiento de energía. Quería la suya... la del golem... alcé la mano... sentí una pqueña vibración en la punta de los dedos... la energía fluía hacia mí, a mi alrededor... El golem miró hacia mí. Sabía que le estaba robando la energía, pero para cuando se decidió a atacar, ya era demasiado tarde. Yo estaba en pie, espada en mano.

- No dejes escapar tu energía... contrólala y haz que la demás impacte en él...

Esquivé el primer golpe, haciéndome a un lado. Atraje la espada que había quedado abandonada. Lo ataqué con las dos. Cada uno de sus golpes debía haberme lanzado hacia atrás, pero una especie de escudo absorbía su energía, me la traspasaba y evitaba que sufriera daño alguno. En uno de los giros, cambié súbitamente de dirección. La espada se hubiera clavado de haber sido piel, pero rebotó en la roca, mandándolo al otro lado del gran río con una gran herida en el hombro. Me quedé parada, mirándome las manos. ¿Qué estaba ocurriendo? Los demás ocultistas se habían quedado parados mirándome. Al menos Vedrick estaba a salvo. De momento.

"Vale, entonces yo me encargo"
"¿Lo tienes controlado?"
"Si, no te preocupes"
Ese golpe habia sido potente. Pero Vedrick era listo y me habia llamado.
-Bueno, veamos que tal ahora.....tu amigita se las apaña bien, pero son demasiados para ella sola, y el magucho ese esta derrotado. Taern es un inutil...menudos grupos te buscas, Vedrick-di un salto y aterrice al lado de la chica.
-Ahora dejame a mi, la sorpresa te ha funcionado una vez, pero no funcionara de nuevo-sonrei y acaricie las puas de mis codos-quedate si quieres, pero te puede salpicar la sangre...tu, Taern, protegelos-Taern asintio algo asustado-vosotros, escoria....ahora os vais a cagar-sonrieron y otros dos se transformaron. Uno era como una manta marina, pero gigantesca, y con garras en los extremos de sus alas. El otro, tenia aspecto humanoide, sin boca, extremadamente palido y con serpientes blancas en vez de brazos. El otro Ocultista se aparto. El golem no tardaria en recuperarse.
"La cosa esta chunga"

- Sin embargo, una ayuda nunca viene mal, ¿verdad Saabath? -sonreí -. Ya he visto demasiada sangre como para que me asuste.

- Dalayn - me llamó Drezan -. Recuerda que no puedes almacenar mucha energía dentro de ti. Sólo la necesaria.

Asentí y me dirigí a por uno, el de las serpientes. Fue complicado, extremamente complicado. El maldito se movía como una verdadera sierpe, no podía acertarle en ningún sitio y, sin embargo, llegaba hasta mí con una facilidad pasmosa. Necesitaba una concentración suprema para evitar sus golpes. Aun así, consiguió alcanzarme un par de veces. La sangre manaba de mis brazos, y yo ni siquiera lo había tocado. Pasé al plan B. Me dirigí hacia él, y en el último instante, cambié la dirección, al mismo tiempo que él cambiaba la suya para esquivar el golpe. Sin embargo, no lo consiguió. Dejé caer la hoja de la espada y uno de sus brazos cayó al suelo. Hubo un momento de vacilación, en el que lancé otro golpe a su cabeza, pero él se agachó y me empujó, tirándome al suelo. Usé la energía de alrededor, su propia energía. Salió volando verticalmente, y aterrizó varios metros más allá, ileso. A partir de entonces, sus golpes fueron cada vez más violentos, y recibí otro corte en el muslo. Giré una vez más, dando una voltereta en el aire. El monstruo se lanzó a por mí, pero yo me paré en seco y blandí la espada con fuerza. Su otro brazo salió por los aires y, con la segunda espada, su cabeza no tardó en seguirlo.

Abrace a Dalayn y la protegi con mi cuerpo.
-No vuelvas a hacer eso-sono un chasquido horrible. Solte a Dalay y me di la vuelta. Mi espalda presentaba heridas horribles. El tipo, que antes estaba decapitado, ahora, ademas de volver a tener cabeza, tenia tres serpientes, en vez de una, en cada brazo-es un elemental de agua. No puedes matar al agua a espadazos-puse la mano en el suelo-encargate del golem, rematale. Los otros son mas complejos, ya que el otro es de aire. Sin embargo el golem es de tierra, igual que yo-un arbol grisaceo empezo a germinar, adquiriendo en pocos segundos, un tamaño descomunal. Lo curioso es que le salieron brazos y una cara en el tronco-bueno, nunca me han gustado los hechizos de convocacion...pero esto es una situacion critica-salte a por el que se parecia a una manta, el arbol se encargaria del de las serpientes.

Como si fuera tan sencillo... ¿cómo se suponía que iba a cruzar el río? Miré a Drezan, que asintió despacio, con una sonrisa en los labios. Permanecía de pie, mirándome con orgullo. En ese momento, una lucecita se encendió en mi mente, aunque no sabía qué era... pero tampoco tenía tiempo de pensarlo. Alcé las manos. Sentí la energía fluir a mi alrededor, pero la mía propia se mantenía intacta. Mis cabellos revolotearon en el viento mientras cruzaba sobre el río como una exhalación. El golem se había desincrustado de un árbol cercano, y me miraba con odio. Tenía el hombro completamente destrozado.

Caminé lentamente hacia él, mientras el golem hacía lo mismo en mi dirección. Nos quedamos mirándonos, sopesándonos. En un mmento dado, atacamos los dos. Sus golpes hacían vibrar el suelo y me desequilibraban. Uno fue tan fuerte que incluso me hizo caer, y a punto estuve de ser demolida bajo un enorme puño. Sin embargo, el momento que tardé en levantarme sólo sirvió para que el golem me enviara un montón de piedras volando hacia mí. Salí disaparada hacia atrás, con varios golpes por todo el cuerpo y algunos cortes en la frente y el resto de mí. Antes sólo había estado probándome. La verdadera lucha era aquella. Me levanté rápido, magullada y volví a atacar. Cortaba la roca con cada estocada que lo alcanzaba, pero en un ser humano normal y corriente apenas sería un pequeño arañazo. Pero no quería gastar la energía tan pronto. NEcesitaba un momento crucial, un momento que tardaba en llegar. Recibí un fuerte golpe en el estómago, y no salí volando gracias al escudo que absorbía la energía, pero el golpe fue tan que caí de rodillas, sujetándome el vientre. Me había roto una costilla seguro. El dolor era casi insoportable. Tenía que acabar con eso cuanto antes, antes de que el golem acabara conmigo. Clavé una espada en tierra y me puse en pie. La energía de la Madre Tierra fluyó de la espada hacia mí, mientras el golem lanzaba su último golpe, que acabaría finalmente conmigo. Interpuse la espada, de la que brotaron chispas, giré, y con la otra ataqué su pecho desprotegido. REcogí toda la energía de alrededor, la acumulé en la espada y la clavé con todas mis fuerzas. El filo se incrustó en la piedra, haciéndola volar por los aires. Sin embargo, había sido tan precipitado que no había controlado mi propia energía. Sentí cómo las fuerzas me abandonaba antes de derrumbarme sobre el suelo.

Otra embestida. Hacia cinco minutos que no pisaba el suelo. Sus placajes aereos eran imparables. Maldije. Esto no podia seguir asi. Mi brazo derecho empezo a cambiar, transformandose en una cuchilla negra. El elemental volvio a la carga. Lance un tajo. Su ala iquierda cayo al suelo, y yo, por fin, pude volver a apoyarme en tierra firme.
Un tajo normal no habria hecho nada, pero la magia siempre era efectiva. Entonces deje de sentir la presencia de mi amigo arbol. Habia sido destruido. Ahora, el tipo serpiente ese, me miraba. Iba a atacar.
"Esto es insotenible, Vedrick"
"No lo hagas"
"No hay otra solucion"
-Taern, reanima a tu amiga y largaos de aqui.....¡Ya!-me arrodille y me abrace. El dolor era insoportable-cabrones, espero que os patee el culo-unas alas negras empezaron a salir de mi espalda. Los tatuajes empezaban a desaparecer. Habia estado conteniendolo, pero ahora, lo dejaria libre. Seis inmensas serpientes blancas iban a impactar contra mi. Pero no vi el golpe.


Me estrelle contra una roca cercana. Casi cede. Un tipo feisimo con serpientes en los brazos me habia atacado. Ahora estaba jodido. Tenia seis sepientes de sus brazos incrustadas en el vientre y una roca detras haciendo presion.
-Sabaath, hijo de puta....¡¿Donde me has metido?!

Cuando desperté me dolía todo el cuerpo. Sentía el agua caer por mi cara. Vi a Taern y a Drezan mirándome desde arriba.

- ¿Y Vedrick? - traté de incorporarme, pero un dolor lacerante en el vientre hizo que me quedara en mi sitio. Nadie contestó. Volví a repetir la pregunta, esta vez preocupada - ¿Y Vedrick?

- Seguro que está bien, pequeña, no te preocupes. Ahora lo importante es curarte esas heridas.

- ¿Dónde está Vedrick? ¿Por qué no está aquí?

Podía ver que no estábamos donde antes. Los árboles estaban dispuestos en diferentes sitios, y las montañas no se veían de la misma manera.

- Se ha quedado luchando, pero seguro que está bien. Por lo que sabemos, esa cosa es más fuerte que las demás y... - se cayó cuando Drezan le lanzó una mirada lacerante. Taern comprendió su error. Había hablado de más.

- ¿Quieres decir que...?

Ninguno de los dos se movió. Yo no me moví. Cerré los ojos y tratñe de tranquilizarme, de pensar con objetividad, de convencerme a mí misma que no iba a pasar nada... pero no podía. Sentía algo dentro del estómago, como mariposas revoloteando.

- Tenemos que ir a buscarlo.

- ¿Estás loca? Tienes varias costillas rotas, no puedes moverte.

- Pues ve tú, entonces, Taern. Cuando vuelva a transformarse no tendrá heridas, pero estará débil. Ve, por favor.

Vi la duda en la mirada de Taern. La misma que había aflorado en mí cuando se transformó la primera vez. ¿Y si no vuelve a transformarse? Contuve las lágrimas.

- Hay que intentarlo, Taern. Inténtalo, por favor.

Taern miró a Drezan. Éste último asintió.

- Yo cuidaré de ella.

Taern se paró y dio media vuelta, alejándose de allí.

Su cuerpo desmembrado cayo inerte al suelo. Todo recubierto de sangre y restos de lo que parecian huesos. El de las serpientes ya no daria guerra.
-Malditos incoscientes.....¿Que pretendeis?
Un ocultista salio de entre las sombras. Un elemental de aire lisiado se quedo a su lado.
-Vaya, si que eres poderoso.....¿quien nos iba a decir que lo ibamos a ver?...
-¿Vas de chulo?...ven aqui, que te voy a enseñar..
-Ricer, entrenle, que yo ire a informar-el elmental de aire parecio dudar, pero dio un paso adelante, forzado.
-¿Me vas a lanzar a ese despojo?-alce una mano y aprete el puño-su aura de proteccion es muy debil, esta malherido-el elmental exploto en cachitos-no deberias de subestimarme....necesitaras un elemental de ese rango en plenas condiciones para ponerme en aprietos.
-QUe asi sea-sonrio, arrogante. Comenzo la transformacion.
-Mortales, se les da un poco de poder y se creen dioses-di un pisoton y una lanza de roca salio a los pies del ocultista, empalandole antes de que finalizara su transformacion.
Mire a mi alrededor.
-Bien, parece que el grupo se esta moviendo en la direccion correcta....-detecte una presencia. Vi a otro ocultista, este no tenia la capa negra. Parecia asustado. SU poder era ridiculo.
-Por fin uno normal. ¿Estas cagado de miedo?...por el olor juzgo que si...jajajaja-risotada malvada. Me acaricie el pecho y el vientre. Ese jodido elemental me habia pillado de lleno-dime, ¿Solo quedas tu?
-Yo....yo no ib...iba con ellos....
-¿A no? ¿Y con quien ibas?
-Con...co...con Vedrick..
SOnrei.
-Llevame hasta el resto del grupo, se que ese cateto no viaja solo.

Poco a poco iba volviendo a la plena consciencia. Sentía algunos emplastes por varias heridas, y el vientre apretado debido a las vendas. Drezan y yo comimos unos cuantos pastelillos energéticos en silencio mientras me recuperaba. Después de aquello, sólo quedarían un par, pero rezaba para no tener que volver a comerme uno si era por aquellas circunstancias.

Algo más recuperada, Drezan me ayudó a incorporarme y a apoyarme en el tronco de un árbol bajo el que estábamos sentados.

- ¿Cómo estás, pequeña? ¿Te sientes mejor ahora?

- No, me siento mal. Pero espero que no dure mucho - contesté simplemente. No tenía ganas de hablar. Sentía un revoloteo constante en el estómago y unas ganas inconscientes de acercarme al río y tirar todo lo que había comido a sus aguas. Sentía la mirada de preocupación de Drezan. Seguramente estaría pálida y con unas pintas horribles, pero no podía hacer nada por mejorar mi aspecto.

Al rato, aparecieron en la lejanía dos figuras. Las reconocí al instante, aunque a una de ellas sólo la había visto una vez.

- Acércame las espadas, por favor.

- Estás malherida...

- No voy a luchar, Drezan. Dámelas.

El hechicero hizo lo que le pedía, aunque necesité su ayuda para ponerme en pie, ya que el impulso de las espadas al clavarlas en el suelo no ayudaba mucho. Apreté los dientes para evitar soltar un grito de dolor y, con grandes dificultades, conseguí ponerme en pie finalmente. Con ayuda de las armas, conseguí dar varios pasos, saliendo de la sombra que ofrecía el árbol para recibir a Taern y al ser alado que lo acompañaba, dentro del cual deberían estar Vedrick y Saabath. El estómago, el corazón y todo el cuerpo se me encogieron ante aquella visión, y tuve que hacer un esfuerzo supremo para no caerme ahí mismo, aunque sentía que las fuerzas me fallaban y la cabeza me daba vueltas.

Sonrei ampliamente. Alli estaba ella. Que predecible. Lo estaba haciendo bien el ocultista.
"Manten a tus enemigos cerca, mas que a tus aliados"
Mire al otro sujeto. Un mago.
"Amplias tu compañia, Vedrick"
Eso abria nuevas posibilidades, aunque dudaba que fuera de utilidad.
-¿No sois mas?-el ocultista que me habia guiado nego, algo asustado-¿Hacia donde os dirijis?.....Alomejor os puedo acompañar-empece a reirme.

- Quizá no tengamos que movernos de aquí... a no ser que no quieras ofrecernos tu ayuda - mi voz sonaba firme, aunque requería de todo mi autocontrol. Las manos me temblaban por el esfuerzo.

-¿Y a que deberia de ayudaros?.....y, mas importante aun, ¿Por que deberia de hacerlo?....no sabes con quien hablas....-la acaricie el rostro, disfrutaba de ello-responde a mis preguntas, humana.