Río del Norte

- No, no digas eso - lo rodeé con los brazos y le acaricié el mentón con la nariz -. Yo también pensé eso cuando tuve que salir huyendo de casa. Y conforme voy descubriendo cosas, más lo creo. Pero tampoco me siento tan mal como entonces. Es decir, ahora me siento bien. Y tú también tienes que sentirte bien. Porque ahora sabes lo que ocurre, y puedes elegir lo que hacer. Incluso las últimas semanas desde que nos conocimos has sido dueño de tu vida. Ahora es el momento de demostrarle al mundo que SIEMPRE has sido dueño de TU vida, y que vas a seguir siéndolo. Vas a demostrarles a esos ocultistas que no estás hecho a su medida, que eres mucho más - le sonreí -. Y vas a demostrarle a ese bicharraco quién manda. Por eso tienes que sentirte bien. Porque vas a demostrar a todos y a ti mismo que tu vida no es una mentira. Te aseguro que no lo es.

La abrace.
-Vamonos.....no es bueno estarse quieto-le lance una sonrisa.

- ¿Ves? Así estás más guapo. Y eso que ya es complicado - le sonreí y juntos nos encaminamos hacia donde estarían Drezan y Taern, aunque a este nos lo encontramos antes, a mitad de camino, con cara de pocos amigos.

- La próxima vez que vayáis a daros el lote, avisad y no os vayáis tan dramáticamente, joder, que luego es a mí a quien le tocan los paseos de búsqueda.

-Pobrecito.....habra que recompensarte....anda vamonos.

Llegamos al campamento improvisado. Drezan estaba de pie, mirándonos con preocupación.

- ¿Y bien?

- ¿Qué quieres saber?

- ¿Por qué se supone que lo que vio mi madre no se podía evitar? ¿No se podría haber ido a otro sitio, cualquier otra cosa? Necesito una explicación.

- No sé si podré dártela, Dalayn.

- Pues inventa una manera, porque no voy a seguir sin saber qué pasa a mi alrededor. Tengo derecho a saber cómo es mi vida en realidad.

Me sente en el suelo. Estarse parado no era bueno....pero no habia prisa. Me quede a ver la escena.

Nos sentamos también en el suelo, yo esperando a que Drezan hablara. Tomó aire y comenzó.

- El futuro es algo incierto, en cualquier sentido. Pero cuando se dan unas series de circunstancias... en fin, no puede eludirse - permanecí en silencio. Estaba segura de que comprendía que su explicación no ayudaba en absoluto -. Hay una serie de circunstancias que se dio alrededor de tu nacimiento... una serie de profecías... el sueño que tuvo tu madre fue sólo la señal de lo que se desencadenaría a continuación. Sólo pueden cambiarse las cosas del destino que dependen de nosotros mismos, pero aquellas que no... Bueno, cuando tu madre soñó contigo y la matanza se vio cumplida la primera parte de una de las profecías, y a partir de ahí supimos que no había vuelta atrás... sobretodo porque tu madre quería llevarlo todo hasta sus últimas consecuencias, costara lo que costase.

- ¿Y qué decía esa profecía?

- No creo que debas saberlo, no es bueno que sepas lo que...

- Por favor, necesito saberlo. Al menos lo que pueda saber.

- Está bien - asintió -. Esa profecía en concreto decía lo siguiente: "El tiempo parado verá el sueño de la muerte. Con la magia y el sueño nacerá la liberación, y la muerte dará fruto al sueño materno, ocultando el poder. Y al ver la muerte el poder será desatado y verá el tiempo parado cuando golpee la primera vez."

Tuve que repetir varias veces en mi cabeza las frasecillas, pero al cabo de varios minutos su significado me golpeó como un ramalazo. Ahora todo estaba claro. Todo...

Taern y yo nos miramos.
-No queremos interrumpir...pero, nos vendria bien una traduccion.

Mi voz parecía la de un autómata.

- Mi madre vio el sueño donde todos morían menos yo. Yo estoy destinada a conseguir que cese la persecución de los soñadores y hechiceros de Nearabyss. Para lograr que pudiera sobrevivir sola, la magia y mi madre se unieron para que yo poseyera los dos poderes. Mis poderes quedarían ocultos hasta que ocurriera la matanza, cuando empezarían a despertar hasta que descubiera que puedo manejar la energía, y ese mismo día tendría el sueño de mi madre. ¿No es así, Drezan?

El hechicero asintió.

- Básicamente, sí.

- ¿Y mi padre? ¿Lo sabía?

- Sí, Rödhen estaba de acuerdo.

Me levanté y me acerqué a la orilla del río, dándoles la espalda. Miré la luna, que se alzaba casi llena en lo alto del cielo.

-Oh, vaya.....-me acerque a Taern-....que cosas. Resulta que ella es una especie de mesias...

¿Y ahora qué? ¿Qué demonios tenía que hacer? ¿Cómo esperaban que convenciera a los ocultistas de que los dejaran tranquilos? ¿Qué se suponía que era lo que tenía hacer para ello?

Me senté en la orilla y hundí la cabeza entre las manos... aquello era injusto... ahora entendía al pequeño... y a mi padre... o ahora debería decir Rödhen...

Me acerque a ella.
-Deberias de estar orgullosa, mucha gente ha puesto su confianza en ti.

- Lo sé, pero... pero no sé qué debo hacer ahora. No sé qué esperan de mí. No sé cómo hacerlo... No sé... no quiero decepcionarles... - lo miré -. ¿Por qué todo tiene que ser tan complicado?

-Asi es la vida....pero tranquila encontraremos la forma de hacerlo.

- Tenemos que encontrar la forma de hacer muchas cosas... - lo abracé y lo besé en el cuello. Después volví junto a Drezan.

- ¿Puedo preguntarte algo más?

- Lo que quieras.

- ¿Por qué mi pad... Rödhen... iba a estar de acuerdo? Él no tenía nada que ver con todo esto.

- Lo sé, pero quería a tu madre. Y tuvo que pagar un precio muy alto, es cierto, pero fue recompensado. Fue el encargado de tu educación como guerrera, lo que ayudaría todavía más.

- ¿Y tú accediste? Así, ¿sin más?

- Era lo único que podía hacer, lo único que estaba en mi mano.

- Claro, y con todas sus consecuencias, ¿no es cierto?

Drezan bajó la cabeza, avergonzado. Yo me sentí repulsiva por hablarle así. Después de todo, ahora estaba allí, ¿no? Sentado frente a mí. Ejerciendo de padre, como debería haber hecho siempre. Pero en aquel momento estaba demasiado... ¿molesta? No, aquella no era la palabra... inquieta... insegura, sí... como para pedirle disculpas.

- Será mejor que sigamos adelante. Sólo faltan unas pocas horas hasta que amanezca y la luna da suficiente luz.

Me estire.
-Si, vayamonos-mientras caminabamos examinaba mi nuevo equipamiento. La ropa era fuerte, pero ligera, y en el cinto me encontre muchas cosas curiosas. Un pequeño zurron llevaba los elixires basicos.

Caminábamos a buen paso. Yo iba en silencio, reflexionando. Varias preguntas me asomaban a la cabeza, pero no tenía ganas de formularlas en voz alta, no en aquel momento. Además, creía saber la respuesta.

De vez en cuando miraba de reojo a Drezan, que iba cabizbajo, aunque no perdía el paso. Ahora me encontraba con otro dilema. No sabía cómo actuar con él. No sabía cómo tratarlo, cómo hacer... Dioses, aquello era demasiado complicado, no sabía si estaba preparada para afrontar la extraña carga que se me había venido encima de un momento para otro, y eso me asustaba enormemente.

Cuando paramos para tomar algo, era ya medio día. El tiempo se había pasado en un suspiro, sin incidentes.

-Bueno....al menos hace buen dia-el silencio era demasiado tenso.

- Pues disfrutadlo. El tiempo no será tan bueno cuando lleguéis a Tierras de Nadie. Al ritmo que llevamos, ocurrirá incluso antes de lo que calculé - dijo Drezan -. Esta noche llegaremos a un río y lo vadearemos por la mañana. Después de eso, sólo resta un día hasta atravesar la frontera del Imperio. Entonces tendréis que continuar solos.

El tiempo se me acababa. Las preguntas eran muchas. Pero las haría mañana... ya había sido suficiente por hoy.

OFF: ¿Viste la foto?

Nunca habia estado tan al Norte. Era desconocido para mi. Suspire.
-Odio el agua....y para colmo me toca vadear.


Off:Las que me mandaste?? Por supuesto.

- Pues da gracias entonces a que estamos en plena primavera. Si no acabarías congelado al salir. Aunque el río es pequeño, lleva bastante caudal ahora mismo, pero seguro que encontramos algún paso poco profundo. En cuanto a lo que hay después... en fin, ni yo mismo lo sé. Pero por lo que he leído hay un paso que atraviesa las montañas y comunica directamente con la zona donde se encuentra Torre Oscura. Sin embargo, es posible que el paso esté vigilado, así que deberéis llevar cuidado. Por lo que sé, el resto de las montañas es bastante variopinto. Hay algunas escarpadas y angulosas, otras son más suaves; pero siempre hace frío y con las lluvias de primavera quizá tengáis nieve.

-Eso no sera un problema....me preocupa mas lo de la vigilancia....aun asi, nos las apañaremos. Los ocultistas somos expertos en pasar desapercibidos.

- Por eso debéis tener cuidado. Todos los ocultistas saben pasar desapercibidos. Puede que haya alguno por las montañas.

Terminé de comer, si es que a eso lo podía llamar comida. Apenas probé nada.

- ¿Y cuál es tu problema con el agua? - quise saber. Taern ocultó una risita. Levanté una ceja.

Mire a Taern con mirada asesina.
-Un trauma infantil.....dejemoslo ahi.
-Jajaja...-Taern estallo-..debiste de ver como se cayo....-le tape la boca.

- No, ahora no vais a dejarme así... ¿Qué pasó? Contádmelo, anda... - la verdad es que necesitaba reírme. Estaba demasiado tensa para mi gusto.