Río del Norte

Me acerque a Dalayn al verla en el suelo:

-¿Estas bien?¿tienes algo?

- ¿Em? - alcé la mirada mientras me quitaba con el dorso de la mano las lágrimas que resbalaban por mis mejillas. Me levanté lentamente y respiré hondo -. No, no tengo nada. Exterior, al menos.

Taern se acercó a nosotras, negando con la cabeza.

- No está por aquí.

- Yo tampoco lo percibo. Sabía que ocurriría. Pero Vedrick... - la voz se me quebró al pronunciar su nombre, así que traté de recuperar la compostura -. En fin, ya no tiene solución. Será mejor que nos marchemos.

¿Y a donde vamos a ir?. Pregunte mientras la veia levantarse.

- Realmente no lo sé... no... no he tomado ninguna decisión... de momento sigamos y mañana veremos lo que hacemos...

Salimos del claro y seguimos avanzando por la orilla del río

Seguimos caminando:

-¿No te preocupa que se hayan ido?

Solté una risotada, mezcla de ironía y amargura.

- Si sólo fuera preocupación... pero dudo mucho que vuelva a verlos a ninguno de los dos, y aunque me niegue a reconocerlo, no por eso dejará de dolerme - volví a quitarme las lágrimas que se esforzaban por salir -. A eso se suma mi parte de culpa. Por eso no sé qué voy a hacer ahora. Ya no hay nada que me ate al mundo - bajé la mirada. No la conocía, pero si no hablaba la angustia me mataría por dentro -. Otra vez.

Vi como forzaba para no llorar, como la angustia recorris su cuerpo.

-Ya se que puede sonar raro viniendo de mi, pero...no pierdas la esperanza por eso, porque siempre es lo ultimo que se pierde, y aparte...puede que te aten muchas cosas al mundo.

- Me gustaría creerte, pero ahora mismo no creo que hayan muchas cosas que me aten al mundo... - o quizá sí... algunas ideas empezaban a perfilarse en mi mente pero, ahogadas por el dolor, no ascendían lo suficiente a la superficie como para que les hiciera caso.

Casi anochecía cuando vimos aparecer a lo lejos las luces de una granja.

- ¿Os apetece dormir bajo techo? - les pregunté.

- ¿No será peligroso? - inquirió Taern.

- No, ya no. Perseguían a Vedrick y... ahora que ya lo tienen... su único interés debería ser yo misma. Saben donde estoy, y llevamos toda la tarde solos. SI no nos han atacado ya, ha sido porque no quieren. Vamos.

Cuando llegamos a la granja ya era noche cerrada, y solo una luz nos guiaba hacia allí. Toqué la puerta y apareció un hombre mayor, que nos miró con extrañeza.

- Buenas noches, señor. Queríamos preguntar si podríamos quedarnos aquí a dormir. Mis compañeros y yo hemos hecho un largo camino, y nos gustaría descansar.

- Sí, por supuesto. Es un placer ayudar a los viajeros. Acompañadme.

Lo seguimos hasta lo que parecía ser un gran almacén. En el interior había mucha paja y varias herramientas.

- Es el granero, pero espero que estéis cómodos aquí.

- Tranquilo señor, con esto será suficiente, gracias.

- ¿Queréis algo más? Mi mujer podría prepararos algo...

- No, estamos bien servidos. Buenas noches.

- Buenas noches.

En cuanto nos dejaron solos, Taern se tiró sobre la paja, se estiró y se preparó para echar un buen sueño.

- Será mejor que tú también descanses, Zoe.

Yo dejé mis cosas en un lado y salí al aire libre.

No estaba cansada, habian sido muchas aventuras pero no tenia ganas de descansar, asi que sali tambien afuera.

- No tengo sueño, asi que me quedare aqui hasta que me venza.

Lo cierto es que quería estar sola. Pero también necesitaba compañía. La verdad, no sabía lo que quería. No sabía qué pensar ni qué sentir.

Permanecí un buen rato en silencio, recordando cosas, pensando. Al mirar la luna llena en lo alto no pude impedir que las lágrimas definitivamente cayeran por mi tez. Hacía exactamente 18 años que mi madre me había traído al mundo. En Sáyarot, jóvenes y niños estaríamos bailando y riendo alrededor de una hoguera mientras los demás se daban un buen festín. Pero ahora eso ya no existía. En Nearabyss estarían celebrándolo, con Drezan o sin él. Y yo, allí, lloraba por haber perdido a Vedrick. Mi pasado parecía desvanecerse poco a poco, como si quisieran borrarlo. Pero regresaba a mí más poderoso que nunca, y con una sola idea. Yo tenía la culpa de todo lo ocurrido.

Y ahora, ¿qué hacer? ¿Cómo seguir adelante cuando el pasado se difumina hasta desaparecer? ¿Qué me quedaba? "Venganza", dijo una voz dentro de mi cabeza. ¿Venganza? Nunca había sido una persona vengativa ni rencorosa, pero había algo dentro de mí que me impulsaba a querer acabar con todos aquellos que me estaban haciendo daño. Y la única manera era llegar adonde íbamos desde un principio. Torre Oscura. Y, si nos dábamos prisa, con un poco de suerte Vedrick seguiría con vida, lo sacaríamos de allí y nos iríamos lejos, donde no nos encuentren. Y sino, al menos podría vengarme de todos aquellos que me arrebataron todo aquello que yo había llegado a amar, aunque me costara mi propia muerte.

¿Y la profecía? ¡Al diablo con la profecía! Drezan me dijo que actuara como si no supiera de su existencia. Y eso iba a hacer. O si no me volvería loca. Me limpié las lágrimas y apoyé la espalda en la pared exterior del granero, dejando que la fresca brisa nocturna me diera en la cara, como si aquello fuera un alivio para mi tumulto interior. Pero para eso tenía que estar segura de varias cosas, y necesitaba confiar plenamente en los que me acompañaban.

- Zoe, ¿por qué te uniste a nosotros?

No sabia si decirlo, ya que fue muy malo.

=Yo estoy sola, asesine a mis padres...y queria extender mis poderes...aparte tenia algo que me guio aqui.

Al principio no supe que responder. No me esperaba esa respuesta. Para nada. Tragué saliva e intenté seguir como si no hubiera escuchado nada. Prefería no pensar en eso. Me daba dolor de estómago.
- ¿Y hacia donde piensas ir?

-Eso me pregunto yo, cada dia cuando me levanto me pongo a pensar que voy a hacer con mi vida, con mi futuro...donde me guiara ahora...es como tener un destino y no sabes que te espera...que vas a hacer. Por eso no se donde voy a ir...supongo que donde me guie el instinto, el corazon y esto -Dije señalando el colgante.

- En eso te entiendo. Yo misma he pasado por eso. ¿Pero qué es ese colgante?

-Este colgante me lo dieron mis padres cuando era apenas un bebe, con el tengo poder sobre los cuatro elementos, es lo que me ayuda a tener los poderes o la mayoria de ellos.Pero ultimamente anda un poco loco y me guia, es como si tuviera una voz dentro de mi...y creo que es por él.

- Pues espero que te guíe bien. Creo que deberíamos descansar. Mañana empieza la parte más difícil del viaje. Si quieres seguir con nosotros, claro.

-Mejor descansemos- Le digo sonriendo- Mañana veremos que hacemos.

- Buenas noches.

Me levanté y entré dentro. Me recosté sobre un montón de heno y cerré los ojos. Sin embargo, no podía dejar mi mente en blanco. Por eso mismo supe que tendría pesadillas.

Me quede fuera mientras la veia entrar, tenia que aclarar conmigo misma algunas cosas, entre ellas que debia hacer, seguir sola o quedarme y ayudarles.

Las voces resonaban en mi cabeza como las noches anteriores. Con la diferencia de que ahora no sabía dónde buscar una voz conocida. Primero intenté ubicarme y buscar el norte, más y más al norte. Pero no había nada que me pudiera recordar la voz de Vedrick, lo cual sólo podía significar dos cosas. O vivía y no estaba durmiendo, cosa normal en él, o por el contrario...

- Dalayn - no conocía esa voz y me sobresalté al escucharla. Nunca nadie me había hablado primero.

- ¿Quién eres?

- Mi nombre no importa. Soy amigo de Drezan, aquí, en Nearabyss. - Mi mente se trasladó cientos de kilómetros al sur, hasta que ubiqué la voz. Cierto, era Nearabyss.

- ¿Cómo has podido comunicarte conmigo?

- No es difícil. Soy un soñador. Tengo más o menos el mismo poder que tú, aunque más reducido. Sólo puedo hablar con otros soñadores.

- Si quieres saber algo de Drezan, no tengo buenas noticias...

- Drezan está bien - me interrumpió -. Está aquí, en Nearabyss. Me pidió que te lo dijera. Apareció esta tarde en el Abismo.

- Pero, ¿cómo?

- Dice que pudo deshacerse de algo que lo mantenía encerrado y que pudo volver aquí. Te pide que tengas cuidado. Ese algo también puede afectarte a ti y a tus poderes.

- Pero si afecta a los poderes, ¿cómo se escapó?

- Drezan tiene razón. Eres bastante curiosa. El elfo que lo mantenía encerrado no consideró que Drezan supiera hacer más hechizos que los que su propia magia le permite. Pensó que sería suficiente con lo que te he nombrado antes.

- ¿Entonces está bien?

- Sí, sí, perfectamente. Te ruega que no te preocupes por él. ¿Quieres que le diga algo de tu parte?

- Yo... eh... dile que a Vedrick se lo llevó ese mismo elfo. Que no sé si está vivo o no. Que se cuide.

- Descuida, yo se lo diré. Felices sueños.

La voz se desvaneció y mi mente se quedó totalmente en silencio. Ahora parecía que mi alma pesaba un poco menos, aunque seguía dolorosamente inquieta.

Entre la mezcla de alegría y tristeza que se aunaban dentro de mí, se me hacía imposible apaciguar el sueño. No podía dejar de oír las voces de todos los durmientes en mi cabeza, y estaba bastante despierta. Así que me puse a concebir un plan para llegar lo antes posible a Torre Oscura. Cogí el libro que nos había dado Drezan en Nearabyss y lo hojeé a la luz de la luna. La Tierra de Nadie y el norte de Folhavren estaban muy bien detallados. Hace miles de años, claro. Eso no nos sería de ayuda a nadie. Así que habría que conseguir las cosas por uno mismo.

Salí afuera y vi que Zoe seguía allí. Decidí dejarla que descansara mientras yo exploraba un poco.

La granja no era muy grande. No me costó demasiado llegar hasta el corral. Dentro había unas cuantas vacas, un par de asnos y mulas y dos caballos. Los examiné a fondo. Servirían.

Regresé al granero.

- Zoe, recoge tus cosas, nos vamos. Ya.

Después entré y le tiré sus bolsas a Taern encima para que se despertarse. Lo hizo de sopetón, respirando profundamente.

- ¿Qué pasa? ¿Nos atacan?
- No, pero tenemos prisa. Necesito tu ayuda. Arréglate un poco, nos vamos. ¿Tienes algo que sirva para escribir?
- Sí, toma - me dijo, rebuscando en sus cosas y extrayendo un trozo de carboncillo, que me entregó con expresión confusa -. ¿Para qué lo quieres?
- Ahora te explico.

Agarré mis cosas y volví a salir a la luz de la luna. Me dirigí a Zoe.

- ¿Vienes?

OFF: he editado para seguir un poco la historia y no estar parados, ¿vale?