Zorehn'tragh (Sede ocultista de Sodden)

Suspiré. Me quité las botas y apoyé la espalda sobre el respaldo de la cama.

- Es una larga historia - había evitado pensar en ello todo aquel tiempo, pero la presencia de Vedrick me daba confianza -. Más o menos cuando tú naciste, el rey de Sáyarot, un reino al sur de aquí, subió los impuestos hasta cifras inconcebibles. La gente no podía pagar, las cosechas eran malas... así que decidieron salir de sus granjas y refugiarse en los bosques. Llevamos resistiendo allí tres cuartos de siglo. Los persiguieron, pero pronto los dejaron, puesto que la mayoría de soldados que entraban no volvían a salir. Así que llevamos mucho tiempo viviendo como proscritos en los bosques, sin que nadie nos moleste. Pero ahora un nuevo rey ha subido al trono, y parece que eso de que haya gente que no pague impuestos no le hace gracia.

>> Hace una semana, yo venía con mis primos y unos amigos de uno de nuestros viajes. Ellos se adelantaron para avisar a la familia, y yo me quedé atrás. Cuando llegué, aquello era una carnicería. Había muertos por todos lados... soldados... proscritos... - las lágrimas anegaron mis ojos -. Mis hermanas habían sido violadas. Mi sobrino... - hundí la cara entre las manos. Al cabo de unos segundos, proseguí -. Mi sobrino yacía muerto en su cuna. Apenas tenía 15 meses, joder. Parecía estar plácidamente dormido mientras a su alrededor sólo había sangre. ¿Quién puede hacer una cosa así? Ni siquiera llegué a encontrar el cuerpo de mi padre. Pero mi madre aún vivía. La habían traspasado con una espada. Sin ningún tipo de compasión. Yo quería luchar, quería matar a todo soldado que quedara con vida, pero ella me hizo prometerle que me alejaría... que seguiría viva... por ella... por todos. Robé el caballo a uno de los soldados y salí de allí. Pero varios soldados me descubrieron y me siguieron. Creí que les había perdido la pista en los bosques que rodean todo esto pero... están aquí - lo miré -. Por eso tengo que irme... no quiero meterte en problemas... vas a estar mejor sin mí.

Me acerque a ella y le limpie las lagrimas. Pose mis manos en su rostro.
-No te preocupes por eso. Ahora ya estas conmigo. No eres Dalayn la proscrita, sino mi acompañante-me quede observando su mirada. La sonrei con ternura, algo nunca visto en mi. Aspire su fragancia y grabe cada centimetro de su cara en mi memoria.

Acaricié su mano con suavidad. Sentía ganas de besarlo, pero en lugar de eso lo abracé con fuerza y hundí la cara en su hombro.

- Gracias - le susurré.

-No tienes por q darlas-entonces tocaron a la puerta. Me cague en el oportunismo de quien llamaba y fui a abrir. Eran dos simpaticos enanos (no de raza enana, sino humanos pequeños) que traian una gran cuba de agua hirviendo. Les deje pasar y fueron hacia el baño.....estuvieron al menos 5 minutos alli, y despues se fueron con la cuba llena de agua.....esta vez fria.
-Bueno, ahora me toca darme un baño a mi-sonrei a Dalayn de nuevo. Me empece a desvestir.

Me quedé mirándolo sin ningún disimulo, hasta que me sonrojé de mi propio atrevimiento. Nunca había sido así. Esa era mi hermana. Pero yo ya no era lo que fui... y con Vedrick mucho menos, aunque no dejaba de avergonzarme un poco. Me senté con las piernas cruzadas y empecé a hacerme pequeñas trenzas en el pelo suelto, todavía mojado, para matar el tiempo.

Llege a la zona del baño y me sumergi en el agua ardiente. Cerre los ojos y note como el liquido elemento me cubria por comleto. Aguante la repiracion. Estuve 3 minutos asi. Saque la cabeza del agua, coji una pastilla de jabon y me empeze a frotar. Tras varios minutos, me volvi a sumergir. Una vez fuera de la bañera, coji una toalla y me la ate a la cintura. Abri un neceser q habian traido los personajillos y me empeze a afeitar. La navaja se movia con habilidad bajo mi mando.
-Bueno Dalayn, cuentame mas de tu vida.

- No hay mucho más que decir... - le dije mientras me lo comía con los ojos. Aparté la mirada. "¿Qué te pasa, estúpida? Como si fuera la primera vez que ves algo así... pareces una adolescente. Eres peor que Rania." La vocecita tenía razón, pero no me detuve a pensarlo -. Mi padre me enseñó a luchar desde que era muy pequeña... luego ayudaba en las cacerías hasta que consideré que era lo suficientemente mayor como para ayudar a mis primos en sus viajes.

-¿Como se llamaba el rey ese? El q os jodio la vida....

- Rosbarth, si no recuerdo mal. Lleva apenas un par de meses en el trono. Dicen que está loco, que es muy ambicioso y que anhela el poder absoluto. ¿Por qué quieres saberlo?

-Por que hay q ser retrasado para eliminiar a tus contribuyentes. Si matas al pueblo, no cobras...ahora cualquiera se hace con el poder-me lave la cara y me fui hacia el armario. COji la ropa nueva y me empece a vestir.

- Ese es el asunto. Que nosotros no contribuíamos con la economía. Si mis antepasados se refugiaron en los bosques fue porque no tenían lo suficiente como para pagar los impuestos. Para el rey, sólo éramos un estorbo, que invadía sus tierras y comía de sus animales. Contribuíamos a mantener la paz en los alrededores, sí, y en las pequeñas aldeas, pero eso no le interesa a nadie. A los reyes no les interesa el pueblo, sino ser más ricos y más poderosos que el rey anterior - hubo una breve pausa. Después, recordé algo -. POr cierto, ¿qué era eso tan urgente que me has dejado antes con la palabra en la boca?

-Si yo fuese rey, os hubiese asaltado y apresado, y a base de latigazos obligaros a soltar la pasta, o algo similar, despues, os vulevo a soltar y otra vez a empezar. Eso de matar reporta poco beneficios-seguia luchando con la ropa, que no se dignaba a entrar-De que me hablas.....yo te he interrumpido antes??

- Al final vas a hacer que me guste lo que ha hecho ese... - suspiré -. Para habernos atrapado tendría que haber enviado un buen contingente y, de haberlo hecho, mi gente lo hubiera sabido y hubiera estado preparada - levanté la cabeza hacia él -. Bueno, si te pregunto qué te pasa y tú me dices que me quede aquí y sales corriendo por la puerta... - observé divertida cómo intentaba ponerse la ropa, sin éxitp - ¿Necesitas ayuda?

-¿Ayuda?...no, ya esta controlado-consegui ponerme el jubon negro. Empece a abrocharme los botones y hebillas del jubon, pantalones y botas-....o, eso.....ya no pasa nada. Esta todo controlado-sonrei, aunq estaba de espaldas a ella. Consegui alforjarme correctamente. El negro me gustaba. Coji unos rollos de vendas q estaban con la ropa y me enrolle los antebrazos con ellos. Despues, coji unas tiras de cuero negro tachonadas y tambien las enrolle, unas tres vueltas, desde el codo a los nudillos de ambos brazos. Abroche el corchete y me ajuste bien las tiras.
Me sacudi bien.
-¡Boila!....ya esta, nuevo aspecto....mucho mejor-la capa con capucha aun no me la habia puesto.

OFF: le français, le français... Voilà

- Uy, sí, ahora das verdadero miedo... - reí con ganas -. Estás muy sexy.

Off:hace exactamente.....4 años q no doy frances......no nos pongamos cursis XD

-¿Sexy? Por favor-me puse la capa y la capucha (en estos momentos soy como el dibujin de mi firma)-espero q cambie algo con esto puesto.

- Bueno... básicamente estás igual... -dije mientras me levantaba y me acercaba a alisarle una arruga que le hacía la capa -. Algo más siniestro, quizá - le sonrié, divertida.

-De eso se trata-me quite la capa y la deje en la mesa-Bueno, pretendia quedarme aqui algunos dias.....pero si quieres marchar, ire a q me asignen alguna mision y nos vamos...si no....dime q podriamos hacer para q no te aburras este tiempo

- No sé... de momento no me aburro demasiado... ¿alguna sugerencia?

Me encoji de hombros.
-Esta ciudad es una mierda, no hay nada q ver. Aqui abajo te vas a aburrir, por q no te voy a dejar salir del cuarto sola.

- Muy bien, entonces me quedaré contigo en el cuarto.

Eso había sonado mal. Terriblemente mal. Y, lo más curioso, era que no me importaba.

- O podemos marcharnos, lo que tú quieras. ¿Qué te apetece más?

-Yo suelo quedarme unos tres dias en cada sede. Asi me pongo al dia de lo que pasa, me relajo, me recupero y me aprovisiono.....-me estire-....desde luego hoy dormimos aqui, mañana ya se vera....-quedamos en silencio unos minutos-¿De verdad te estarias aqui en el cuarto conmigo?....no se, hay poco que hacer

- Bueno... - salté a la cama y me acosté -. Se supone que soy tu confidente, ¿no? Y según lo que me has dicho, es por mi telequinesia y para darte conversación. Bien, podemos hablar, a no ser que se te ocurra algo mejor.

-Entonces saca un tema.....que yo tengo los mismo que una piedra-me sente en el suelo, apoyando la espalda en su cama

Me giré hasta poner la cabeza a su lado.

- Veamos... dijiste que lo que cogí de aquella sala tenía propiedades especiales...