Vhirendärsil

- Creo que vamos a tener que irnos a alguna isla vecina a cazar. Esto a mí tampoco me satisface demasiado.

Ambos comimos en silencio, sintiendo que todos nos observaban a nuestro alrededor. Poco a poco, los elfos fueron abandonando el salón, y poco después se presentó Nerhïndwen, que nos hizo un gesto y nos conminó a acercarnos a él.

-Veamos que nos va a pasar

- Bien. Me habéis dicho que queréis que Dalayn aprenda a controlar al elemental y le enseñemos magia antigua. Ahora, ¿qué es lo que tú quieres, Caminante?

-Bueno...querría aumentar mis conocimientos. No es que no tenga. La sabiduria de mi elemental es casi infinita...pero no quiero depender de ella. Quiero poder defenderme si, por cualquier circunstancia, mi elemental es suprimido o sellado.

- Bien. Creo que de momento empezaremos los tres juntos. Y cuando quieras ampliar algo, sólo tienes que decirlo, ¿de acuerdo? ¿Hay algo que quieras saber en particular?

-Eh....no-tal vez cuando hubiese más confianza podría especificar-solo decir que estamos muy agradecidos

- Muy bien, entonces empecemos. Acompañadme.

Le seguimos hasta que volvimos a estar sobre tierra firme, y nos internamos un poco en el bosque hasta llegar a una gran edicicación formada por ramas de diversos árboles, tierra endurecida y hojarasca.

- Aunque pueda no parecerlo, ningún ser pensante ha colaborado en la fabricación de esto. Ha sido la propia naturaleza quien lo ha hecho. Entremos.

La edificación tenía una abertura natural por la que entramos. Dentro, el lugar estaba tenuemente iluminado con diminutas motas de luz que bailaban en la penumbra, el suelo cubierto de hierba y un fresco olor a hierbabuena y menta.

Jein ya estaba allí. Nerhïndwen nos invitó a tomar asiento sobre la estela de hierba.

- Bueno, el objetivo principal es que Dalayn controle al elemental. Pero primero he de saber qué ha ocurrido con él.

El anciano elfo clavó sus ojos brillantes en mí, respiré hondo y empecé a contarle todo lo acontecido desde que Ackazoe fuera introducida en mi cuerpo por la fuerza. Nerhïndwen me hizo varias preguntas acerca del comportamiento de Ackazoe, y luego se quedó pensativo unos minutos.

- Mmm... La unión de un elemental con un ser humano requiere mucha instrucción y mucha habilidad. Esto no es más que un burdo intento de nigromancia. Los elementales son la esencia del elemento que los define. No tienen una forma determinada, ni siquiera son buenos o malos. Aunque tengan una mente independiente por sí mismos, una planta puede ser mucho más bella o mucho más venenosa. Son entes complicados, pero al unirse a un ser humano, su alma se liga a ellos de forma que ambas mentes actúan independientemente, pero también son compartidas, al igual que el cuerpo. En el caso de que un elemental sea introducido en el cuerpo de un bebé, cuando su mente no se ha desarrollado lo más mínimo, ocurre que la mente de uno es tan primaria que es como la de una animal o una planta, y se suprime, quedando solo la mente del elemental. Sin embargo, los instintos, al igual que el de un león o el de un haya, sobreviven. Y los instintos humanos no son mucho mejores que los de cualquier fiera. Eso puede explicar que Ackazoe se comportara de esa manera. Por otro lado, la unión con el cuerpo se hizo de la manera habitual, lo que pasa que al poseer el elemental mucha más energía, y al no poder la criatura controlarlo, hizo que creciera mucho más rápido, de forma que el elemental podía disfrutar de dos cuerpos y una sola mente. ¿Me explico? ¿Alguna duda de momento?

-Ninguna.

- Entiendo - aseguré.

- Bien, ahora vayamos a la unión de este nuevo ser contigo, Dalayn. El hecho de que la unión haya sido posible es que realmente Ackazoe tiene una sola mente. Pero ahora hay dos cuerpos distintos. Habría que estudiar si eliminando el segundo cuerpo el elemental volvería a ser controlable. Con un sello o con lo que pueda enseñarte, puedes mantenerlo a raya, pero supongo que preferís que colabore con vosotros, ¿no?

-Esa era mi intención. Un elemental más en nuestro bando sería una gran ayuda

- Entonces me parece que lo único que se puede hacer es liberar a Ackazoe y acabar con el otro cuerpo. Como el alma de Dalayn y la del elemental están ligadas, no sucederá nada entre ellas.

- Sí, cuando nos unieron me dijeron que la única manera era matar al que.. habría de ser mi sobrino, supongo. Pero no sé qué riesgos entraña eso para mí.

-Si creeis que es lo correcto....desharé el sello que la mantiene atrapada.

- Sí, pero eso más adelante. Primero combiene que tenga mayores conocimientos, de forma que pueda controlar al elemental en caso de que las cosas no salgan bien. ¿Empezamos?

Asentí.
Esperaba aprender yo tambien de esos conocimientos.

Cuando salimos de allí, había transcurrido toda la mañana. Nërhinwen nos había enseñado a hacer hechizos utilizando la energía del objeto que queríamos usar, en vez de la nuestra propia. En mi caso resultaba más sencillo, aunque pasamos varias horas intentándolo. También nos empezó a enseñar vocabulario arcano, de modo que varios hechizos se pudieran decir de la misma manera, intentando consumir la menor cantidad de energía posible. A mí me dijo que intentara en cada momento del día contener una pequeña cantidad de energía superior a la que realmente necesitaba, de modo q mi cuerpo se acostumbrara a ello y pudiera asimilar más cantidad de energía sin riesgos.

Al terminar, estaba absolutamente agotada.

- ¿Y después de esto pretenden darnos comida para conejos? Esto es un crimen...

Dalayn estaba agotada. Seguramente nunca habría tenido que asistir a un entrenamiento serio. A mi me costaba utilizar energía agena a la mía. Aunque al final de la sesion lo empezaba a hacer con cierta naturalidad.
-Dicen que a base de vegetales se puede vivir....yo me rio de eso

- Ja. Hacía años que no me cansaba tanto... pero entonces siempre me esperaba un buen estofado o un trozo de carne asado, de esos que llenan el estómago. Para llenármelo aquí tendría que devorar medio bosque, y no creo que los elfos estuvieran de acuerdo - ironicé mientras caminábamos hacia el salón -. Bueno, puede que me llene, pero seguro que en dos horas vuelvo a tener hambre.

-Si tienes mucha hambre...tal vez podamos cazar algo...sin que nadie se entere

- Ey, no quiero que me exilien de aquí también. Supongo que aguantaré... pero si no, podríamos ir a alguna isla cercana, mejor que aquí. De momento veamos cómo va la cosa... - nos sentamos a la mesa, y esperamos a que trajeran los cuencos con la comida para empezar a repartirnos.

-Como quieras

Comimos en silencio, al igual que el resto. No sabía si se comportaban así porque estábamos nosotros, o si simplemente siempre se comportaban igual. Aun así, me hacía sentir incómoda.

Cuando terminamos, concentré mi atención en el colgante y le hablé a Vedrick para que nadie pudiera escucharnos.

"¿Te apetece dar un paseo por el bosque?"

Sabía que le había gustado y que además se sentiría cómodo de pasar un rato fuera de la vista de los elfos. Además, también podríamos librarnos de Jein hasta que en un par de horas volviéramos a ver a Nerhïndwen.

"Claro...siempre será agradable estar a solas contigo..."
Al cabo de un rato, nos levantamos y abandonamos el lugar

Nos internamos en la espesura, hasta que los árboles se fueron haciendo más y más grandes. Avanzamos en silencio, disfrutando del paisaje y de la presencia del otro. De vez en cuando miraba a Vedrick y me sonreía a mí misma. Finalmente, llegamos a un pequeño arroyuelo, y me senté en la raíz de un árbol mientras sentía el suave tacto del agua lamiendo mis pies.

- Esto es incluso más impresionante que el bosque de los elfos en el continente. Es deslumbrante.

-Si...-estaba maravillado. Respiraba la paz y la tranquilidad de todas aquellas plantas-al fin y al cabo, aqui no hay quien moleste. Es un lugar precioso. Si no fuera por los elfos, sería perfecto

Solté una carcajada.

- No tienes remedio. Quizá si dejaras los prejuicios a un lado no te caerían tan mal. Son callados y reservados, sí, pero quizá con un poco de confianza...