Barco hacia las Tierras del Ocaso

-Interesante.....pues la han jodido, porque yo voy con ella, y nadie la toca un pelo.

- Me alegra saberlo - concedió Drezan -. Arriba tenéis dos habitaciones. Hay ropa y agua caliente. Os aconsejo que os cambiéis, a vosotros también - dijo, mirando a Taern y Vedrick -. Los ocultistas no son bien vistos aquí. A pesar de las marcas de unión, será mejor que os pongáis otra ropa y os quitéis las capas.

- Gracias, Drezan - sonreí y subí las escaleras, dispuesta a darme un baño y cambiarme. Desde ahí, pude escuchar la voz del hechicero.

- Protégete, amigo. Y cuídala.

Seguidamente, escuché el sonido de una puerta que se cerraba. Yo estaba ya en el piso superior. Me extrañaron las palabras que había escuchado, pero no les di demasiada importancia. Todavía estaba tratando de asimilar todo lo que nos había contado.

Miré las dos habitaciones. Una de ellas tenía una cama de matrimonio. Suponiendo que Taern no estaría dispuesto a compartir cama con Vedrick, entré y dejé mis cosas. Busqué ropa en el armario, y me sentí un poco cohibida al ver que lo único que había eran cortos vestidos de colores. Bueno, a falta de otra cosa... Cogí uno y me fui a darme el ansiado baño.

Ya hablaria con Drezan de otros asuntos. Al menos sabia lo que pasaba con Dalayn. Llegamos a una habitacion, pero Taern la delclaro su territorio, asi que fui a la otra. Alli me encontre con Dalayn a punto de darse un baño.
-oh, disculpa....perdon-me di la vuelta.

Pegué un salto del susto y caí al agua con un ligero ¡plof! Saqué la cabeza toda mojada, riendo.

- ¿No sabes que al entrar a la habitación de una dama hay que tocar a la puerta? - reí aún más al ver su turbación -. Vamos, ni que fuera la primera vez que me ves así.

-Aun asi.....perdon...debi de llamar-me quite la capa y la ropa sucia-a ver que vestuario nos tiene preparado Drezan-carraspee al verlo-no me pienso poner esto, ir con tirantes no es propio de un Ocultista

- De eso se trata, Vedrick. De que no des el cante. Además, seguro que estás muy sexy con tirantes...

Volví a reír mientras me enjabonaba.

-Lo siento, pero por ahi no paso....tirantes...no, no....-sonrei-a menos que alguien me de muy buenos argumentos o sea realmente convincente.

- Hmmm... no sé... ¿como qué argumentos? - dije con picardía.

Elevé una pierna mienrtas pasaba la esponja, mirando de reojo a Vedrick?

-No se.....si los supiera ya me habria vestido....aunque tal vez deberia de darme un baño antes-fui hacia la bañera.

- Sí, opino que te vendría bien... - lo recibí con un beso, mientras le hacía sitio en la bañera.

Me quite la ropa y me meti en el agua.
-Un baño relajante no esta mal de vez en cuando

- No, de vez en cuando no - reí. Casi no cabíamos en la bañera.

-Mierda de bañera.....que pequeña es-el agua se salia por todos lados

Me dolía la barriga de tanto reír.

- Es que tú eres muy grande. A ver, espera...

Nos fuimos moviendo o, más bien, empujándonos para estar algo más cómodos, aunque la bañera se iba vaciando con cada movimiento. Yo lo salpicaba para que se hiciera a un lado, pero no había manera. Al final, acabé sentada sobre él, aunque ahora había al menos un palmo menos de agua.

- ¡La has tirado toda! ¡Ahora tendrás que bañarte en la playa! De verdad, parece que en la Academia os perdísteis las asignaturas elementales - carcajeé.

-Alli no nos enseñaban a compartir bañera con chicas guapas....yo no tengo la culpa-la agarre y la bese.

- Chss chss ¿a dónde vas? - me aparté de él un poco para mirarlo. Y admirarlo -. Todavía me tienes que prometer que te pondrás los tirantes.

-Por supuesto.....no creo que duren, pero si, me los pongo....ahora no seas mala, anda.

- Bueno, pues vas desnudo por la calle, que tampco es mala idea...

Lo rodeé con mis brazos y lo besé dulcemente, saboreando el momento.

Esta vez fui tierno con ella. Despacito y suave. Le acariciaba el pelo, la espalda. La daba besitos suaves.

Sentía que mi cuerpo se estremecía cada vez que me tocaba. Lo besé con delicadeza, en los labios, los ojos, la oreja, el cuello, el hombro. Mis manos se deslizaban con cuidado y con suavidad por su piel.

- Te quiero - le susurré al oído.

Sonrei.
-No voy a permitir que esos cabrones te toquen, ¿me entiendes?...doy mi vida si hace falta-la abrace fuerte.

- Ni lo sueñes. Si a ti te pasa algo, me voy contigo.

Volví a subir de nuevo hacia su boca, que actuaba como un imán sobre mí.

El agua acabo saliendose. Normal por otra parte.

- Oh, lo has dejado todo perdido - le susurré con una sonrisa, abrazada a él -. Ahora tendrás que limpiarlo todo.

-Pues ya ves....un precio ridiculo por estar contigo.