[Tierras del Ocaso] El Desierto Rojo

Aunque ya eran mediados de otoño, el sol seguía abrasando en aquella tierra árida, pero sólo me detuve para darle de beber al caballo y beber yo. A estas hora, Vedrick ya estaría en Nearabyss, y yo quería estar lo más lejos posible de allí. Seguí cabalgando durante todo el día, y al llegar la noche paramos en un pequeño oasis que encontramos. Esa noche no dormí, sino que estuve haciendo guardia hasta que amaneció.

Supe que odiaba el desierto desde el instante en que Khenhènann hundió la pata por primera vez en las arenas. Era sumamente deprimente osbervar nuestro lento avance por aquella desolación. Sólo veía un color rojizo por todas partes, hasta el mismo cielo había adquirido ese tono.

Había pasado sin dormir la noche entera, pero no volvimos a encontrar un oasis para renovar energías y tuve que usar la mía propia para protegernos del sol durante las horas más duras del mediodía. Cuando llegó la noche, estaba exhausta y cansada ya de aquel lugar. Era el momento de probar lo último que me había explicado Julien: la traslación astral. Entré en trance y me sumí en mis propios sueños acompañada de Khenhènann. Me concentré y visualicé el lago que había cerca del bosque donde me había criado. Era una imagen tan nítida que parecía sumamente real. Cuando abrí los ojos, ya no estaba en el desierto, sino a la orilla del lago. Sin embargo, no me dio tiempo a alegrarme por mi logro. Estaba tan cansada que me quedé durmiendo inmediatamente.

Khandar se veia preocupado.
-No se que ha podido pasar....ha desaparecido. Te juro que la tenía...
-Da igual, muy lejos no ha podido ir.
-Pues no lo se....he sondeado la zona que la rodeaba y nada.
Intenté calmarme.¿Que demonios la habria hecho irse tan rapido?
-Bueno, relajaos, seguro que la encontramos de camino a la torre ardente-Kibashi estaba contento de tener una mision "oficial", la primera del grupo.
No sabía por que, pero estaba seguro de que no la encontrariamos

Bostecé.
Kibashi y Khandar hablaban sobre hechizos.
AL principio intenté seguir la conversación. Pero no tenia su nivel y lo dejé por inposible.
Nunca había sido un gran mago. Lo mio había sido la lucha.
Suspiré.
Me sentía bastante solo.

Khandar me miro un buen rato.
-Está en Sayarot.
-¿Tan lejos?-me sorprendi-bueno, si se ha ido alguna buena razon tendra-ahora tenia un grupo al que guiar, asi que decidí pensar un poco en ellos-asi que nosotros seguiremos con lo nuestro

A lo lejos se veia la titánica construccion. Hecha con roca volcánica, la torre ardiente protegia los secretos de la orden roja.
Avanzamos con precaucion.
A la media hora una docena de Ocultistas de Torre Oscura nos recibieron. Tenian un campamento no muy lejos de la zona.
-Mirad chicos, han llegado los refuerzos.
Mire de reojo a Khandar y a Kibashi. Los dos parecian tranquilos.
El que parecia el lider se acercó.
-Bienvenidos al grupo chicos. Estareis cansados, venid y relajaos. Mañana será un dia duro.
-Eso no lo dudo-la voz de Kibashi sonó cargada de emoción.

-¿Ha quedado claro?-Hayssa, el lider de la unidad de Ocultistas nos miró a todos. Fue Khandar el que se atrevió a responder.
-¿Pretendes que asaltamos la torre a lo bestia?
-Eso es. Ellos se esperan algo inteligente por nuestra parte, asi les sorprenderemos.
-Pero son magos....seguro que hay algún archimago. No son payasos de feria. Esto podía ser un desastre.
-Cierto...pero recuerda que son magos de fuego. Mas de la mitad de los presentes son Ocultistas de agua, no hay problema. Además, hemos estado revisando la barrera mágica y hemos encontrado un punto débil.
Khandar meditó.
-¿Qué es lo que buscamos? ¿Merece arriesgarse tanto?
-¿Acaso no te han informado?-Hayssa le miró inquisitivo. Khandar había metido la pata.
-No señor, nos dijeron que aquí recibiriamos instrucciones-Kibashi estaba completamente relajado-no tuvieron tiempo de explicar. Al parecer los elfos comienzan una rebelión y nuestro superior estaba ocupado. Sin duda confiaria en que aqui se nos informara
-Si, ya me he enterado de lo de los elfos...bien. Como bien sabeis, las torres se construyeron para proteger ciertos artilugios. Los monolitos. Las llaves de la puerta al circulo del infierno oculto. El reino de los dioses demonios. Nuestra mision es sacarlo de ahi.
Mire a Kibashi, despues a Khandar. Menudo lio.

Era medianoche. Nos habiamos alejado un poco del campamento.
-No lo conseguiremos...son muchos
-Relajate Vedrick-Khandar me sonrio. Una sonrisa tranquilizadora-confia en nosotros...confia en ti
Hice un amago de sonrisa. No me convencia. Entonces note algo en el hombro. Miré.
Kibashi me habia puesto la mano y me miraba fijamente. Se dibujo una sonrisa en su cara. Una verdadera sonrisa, sincera y clara.
-¿Si no lo hacemos nosotros quien lo hará?...hazlo por ella. Le aseguras un futuro
Asentí.
-Tienes razon. No solo por ella. Todo el mundo, aunque nadie lo sepa, depende de nosotros.
Khandar miró al estrellado cielo.
-Antes de que consigan entrar en la Torre les neutralizaremos.
-Su ventaja es abrumante, Khandar
-Pero tenemos el factor sorpresa...

Todos abandonamos el campamento. Avanzabamos rápidos y organizados. Nosotros nos las habiamos arreglado para ocupar la retaguardia. La Torre cada vez estaba mas cerca. La magia se podia sentir en el aire.
-Preparaos....

Khandar corrio hacia el Ocultista que tenía enfrente. En su mano derecha, un pequeño remolino de aire se había formado. Tocó la espalda del Ocultista, y el remolino le perforó. El brazo de Khandar le atravesó como si el Ocultista fuese mantequilla caliente. El Ocultista cayó muerto al instante. Los dos compañeros que estaban al lado le miraron sorprendido, iban a hacer algo, pero se quedaron quietos...viendo como Khandar les hacía lo mismo. Los Ocultistas, impotentes no pudieron reaccionar, la sombra de Kibashi se había unido a la de ellos y estaban paralizados. En menos de 10 segundos, Khandar habia matado tres Ocultistas. Ahora, el resto del grupo nos miraba y preparaban sus ataques.
Era mi turno.
Un enorme muro de roca nos separó del grupo de Ocultistas, dandonos algo de tiempo para asimilar la embestida

El muro se quebró al primer envite.
-Mierda.
Khandar pringó su brazo con su sangre. Iba a invocar algo. Lo que me sorpendió fue que invocase un hechizo. Invocar hechizos solo lo pueden hacer los mejores magos. Se invocan hechizos que de otra manera, por uno mismo, no se podrian realizar...aunque no sabía muy bien como iba el proceso, ni con quien había que pactar para realizar tales invocaciones.
-Encierranos Vedrick-era Kibashi el que gritaba. No pensé. Cree una cupula que que encerró a los enemigos y a nosotros. El hechizo de Khandar generó una densa nube de gas...venenoso.
Afortunadamente, Khandar pensó en todo y nos había protegido con esferas de aire, los Ocultistas rivales, no tenian tanta suerte

Anduve con cuidado por la Torre. Parecía desierta. Los planes se habían torcido ligeramente. Despues del titánico hechizo de Khandar, este había caido incosciente, pero el lider del batallón de Ocultistas y otros tres de sus hombres habían conseguido evitar el efecto del hechizo. Kibashi había saltado a la acción eliminando a base de bien a los tres Ocultistas. Ese tio era un maestro de la magia. Desgraciadamente, tres Ocultistas eran demasiados, y Kibashi no estaba en condiciones de seguir.
El lider se había adentrado en la torre el solo. Yo le había seguido. Había tenido un encontronazo con el y me había dejado claro que yo no era rival. Era un veterano y se las sabía todas. Pero no me iba a rendir.
Le seguí por toda la Torre, al final llegué al sotano. Una enorme puerta de metal estaba abierta, deduje que ahí se encontraba mi rival.
Entré.
Los ojos tardaron poco en acostumbrarse a la oscuridad. Era una sala redonda enorme. Vi a Hayssa parado frente a un hombre.
El hombre estaba encadenado. Cadenas de oro y ónice.
-¡¿Dónde está el monolito?!-Hayssa parecía furioso. Todo el mundo de la Torre había desaparecido. Se suponia que había defensores.
El hombre encadenado respondio con voz gutural y poderosa
-Yo soy el monolito-noté una sonrisa en su cara
-Entonces eres lo que busco...
-Supongo que querras liberar mi poder...sin embargo sólo existe algo que me lo puede hacer...la sangre
Hayssa levantó la mano
-Esto servirá-no me dio tiempo a reaccionar. Una fuerza me empujó hacia adelante y cai al suelo-¿Es suficiente?
El Monolito rió con fuerza
-Sólo la sangre elegida puede liberarme. Cada monolito es afín a una sangre.
-¿Y cual es esa sangre?-Hayssa liberó su hechizo y me pude levantar. Algo no iba bien.
-Es obvio que tus superiores te han mandado aquí por alguna causa-sus carcajadas inudaron la desolada torre-tu eres el elegido. Sólo tu tienes la llave para liberarme a mi...
Hayssa retrocedió. La traición duele.
-Hijos de puta....asi que jugando conmigo-sonrió-pues a Hayssa no se le engaña tan facilmente...les voy a destrozar-se dió la vuelta. El Monolito volvió a hablar.
-Hermano...cógele-de la espalda del monolito surgieron dos alas azul cielo, y en su pecho una gema escarlata.
Todo mi ser se estremeció. Creia que ya no volvería a sentirlo...pero el sellado especial que Saabath había puesto sobre aquel demonio sobrenatural que vivía en mi interior se rompió como si no fuese mas que un fino hilo de seda. Empecé a notar dolor en la espalda y perdí el contacto con Saabath. Lo ultimo que recuerdo de ese dia es que mi sombra poseia dos enormes alas y que un reflejo sanguinoliento salia de mi pecho

El humano no era como los demás. Se olia su experiencia y su poder.
Se movía con agilidad y bloqueaba el camino con sencillos, pero efectivos, hechizos. Salió de la Torre y empezó a correr por la ardiente arena.
Gran error. En la Torre se podia ocultar y dificultarme la búsqueda, pero en terreno abierto, era imposible que escapase.
Abrí las alas. Hacía tiempo que quería hacerlo.
Un nuevo poder circulaba por mis venas.
El sello que el muy imbécil de Saabath había realizado sobre mi alma, me había permitido absorver parte de su poder y conocimiento. Ahora era capaz de someter parcialmente a la tierra.
Batí dos veces las alas y emepecé a volar. El humano era rápido, pero no lo sufiente. Al parecer se dirigía hacía su tumba, por que iba directo a una zona con multiples cuerpos. Todos envueltos en capas negras. Sus compañeros seguramente. Maldije en voz baja. No podía eliminarlo, o mi hermano se quedaría sin su llave...bueno, seguro que un brazo si le podía arrancar

De entre el monton de cuerpos tendidos en la arena, dos figuras se pusieron de pies con dificultad. Uno tenía el pelo blanco y el otro negro.
El hombre al que perseguía empezó a gritarles. No conseguí escuchar lo que decía, pero a los tres segundos, de la arena habían surguido dos enormes dragones de agua. Un truco patético.
Los dragones vinieron hacia mi, no llegaron a tocarme. Un poco de energía y estallaron. Me lancé en picado a por mi presa, pero los malditos dragones se había regenerado. Al parecer, no era un hechizo tan tonto.
Me llevó un par de minutos deshacerme de ellos de una vez por todas.
Los tres hombres ya se había reunido.
Aterricé junto a ellos. Sonreí.
-Vosotros dos os podeis marchar, no tengo nada en contra de vosotros...tu-señale a mi presa-tú te vienes conmigo
-Y una mierda monstruo-susurró unas palabras.
El hombre del pelo blanco sufrió una transformación. Ahora la que estaba delante era un mujer elegante...una elemental. Noté una fuerza bajo mis pies que me obligó a ascender.
-Jajajaja...que estupidez-abrí la palma de la mano y empecé a acumular energía en ella. Se formo una perfecta esfera de luz-esto es un hechizo-iba a lanzarla. Entonces me di cuenta que el hombre del pelo negro no estaba allí. El instinto me hizo darme la vuelta. Detrás mio estaba el elemental del aquel hombre. Un monstruo enmascarado con enormes garras. No lo pensé. Le lancé mi ataque a el. La esfera se estrelló contra su vientre, pero para mi sorpresa, el elemental se volvió completamente negro, y la esfera se hundio en las profundidades de sus ser. Había absorvido mi ataque.
Caí al suelo, sabiendo que me habían tendido una trampa. Me habían provocado con un hechizo patético para que respondiese. Estaba paralizado. No tenía sombra. La tenía aquel puto elemental entre sus manos. Entendí que su plan había sido recibir él el ataque para poder utilizar un hechizo de parálisis. Una vez que el había asimilado mi energía y poder, había podido hacerse con mi sombra....
El monstruo habló.
-Sabía que caerías...siempre lo haces. Te has enfrentado a mi varias veces, y siempre te he derrotado Anglloroth
Rugí.

-Ahora es momento de que desaparezcas bestia-el elemental hundió su mano en mi sombra. La sombra se transformó en la de Saabath.


Abrí los ojos. Lo último que recordaba era que el sellado se había roto, pero ahora se había restablecido. Ante mi estaba Hayssa, Kuroikage y Svylian. Me miraron con caras serias
-Lo siento, perdí el control
-Lo sabemos-la elemental me miró con gesto tierno-esto ha llegado demasiado lejos Saabath.
-Es cierto, es hora de que ellos sepan la verdad. Es hora de que los elementales empecemos a hacer algo.
-Prometimos no decir nada Kuroikage-Hayssa me miraba. Su mirada delataba seguridad
-Ya se lo he contado todo Sabaath-Svylian se acercó a mi-Hayssa y Susaawo están unidos.
-Susaawo...ya veo, o sea que se une a los Ocultistas.
-Es su destino-Kuroikage soltó mi sombra y me pude mover-igual que el de Vedrick era liderarnos. Sin embargo se ha visto que el propio lider es el eslabon más debil. Debes de arreglar eso Saabath.
Asentí.
-Los antiguos se intentaron proteger con profecias...pero hará falta que alguien luche por que se cumplan. Llevamos demasiado tiempo sin hacer nada. Ya debimos haberlo hecho con Jace, y mucho antes con Pyras-Kuroikage prosiguió-como sospechamos, los Ocultistas se hicieron con el alma de un Monolito y lo mantubieron oculto. Es ese ser que llevas dentro
-He de admitir que ya lo sospechaba
-Eso nos da cierta ventaja. En Torre Oscura aun no se han dado cuenta que los Caminantes llevan existiendo desde el principio de los tiempos, y que siempre han sido los mismos elementales quienes los han formado. Han cometido el error de poner su arma secreta en nuestro poder.

Empezamos a caminar.
-Deberás de entrenar a Vedrick mentalmente. Vuestros pensamientos tienen que fluir con libertad de uno a otro. Tu experiencia debe de ser la suya-Svylian hablaba con un ritmo hipnotico.
-Lo sé. Pero me da miedo. La última vez que deje libertad a mis pensamientos, Jace se metió donde no le llamaban...
-Vedrick no es Jace-Kibashi ya había regresado a su forma original.
-Sea como sea, debes hacerlo Sabaath. Torre Oscura movilizará a sus mejores hombres en cuanto se entere de esto-Hayssa me hablaba con confianza. Ya se había integrado en el grupo a la perfección.
-Está bien. Todo sea por la causa.


A la media hora todos, en forma humana, volavamos en los pájaros de Khandar.