[Tierras del Ocaso] Nearabyss

Me quedé sentada un rato sobre la arena, disfrutando del sol de la tarde. Faltaban pocas horas para el anochecer. Entonces, sentí una presencia a mi lado.
Era Drezan.

- ¡Hola! - me levanté para ponerme a su altura -. Quería darte las gracias por todo... aunque no nos quedaremos mucho.

- Lo sé, pequeña, no hay problema. Me alegra que estés bien -parecía decirlo con sincero cariño, como si me conociera desde siempre.

- ¿Cuánto tiempo estuviste con mi madre?

- Oh, ella tendría unos 10 años cuando ocurrió su accidente con la magia...

- ¿Accidente? - le interrumpí -. Dijiste que la descubrieron...

- Sí, al igual que a ti. Accidente es sólo una manera de llamarlo. Verás, normalmente, cuando la magia es propia, se gasta muchísima menos energía que al hacer otro tipo de hechizos - recordé los que me habían enseñado Vedrick y Taern y asentí -. Eso es lo que los hace prácticamente indetectables. Sin embargo, hay ocasiones en que la cantidad de energía que se libera es superior a la normal, normalmente porque no se sabe controlar. En ese caso, hay hechiceros al servicio de los ocultistas cuyo trabajo consiste en encontrar esos pequeños focos de magia y estudiar al causante. Nosotros también los tenemos, aunque necesitamos focos de energía mucho mayores para localizarlos.

- ¿Nosotros?

- Sí, hay varios hechiceros aquí, y también soñadores. Somos una comunidad pequeña pero fructífera. Bueno, continúo. Sin embargo, el de tu madre fue lo suficientemente grande. Mariam paró el tiempo y no supo cómo detenerlo. Supongo que estaría nerviosa por algo o algo por el estilo, el caso es que el tiempo estuvo parado al menos una hora. Nosotros lo detectamos rápidamente y me enviaron a mí a por ella. Una de mis habilidades es transportarme de un sitio a otro, aunque consumo mucha energía, y por eso lo hago cuando es estrictamente necesario.

- ¿Y mis abuelos?

- Tus abuelos no corrían peligro. Una vez localizan al ejecutor del hechizo, lo investigan. Los espían y tratan de ver cuáles son sus plenos poderes. También a su familia. Sabíamos que no tardarían en detectar que tu madre tenía sueños proféticos, así que fui a por ella de inmediato. Sus padres no sufrirían ningún daño, y para cuando ellos averiguaron todo el poder de Mariam, ya estaba muy lejos. Estuve enseñándole hasta que tuvo al menos los diecisiete. Para entonces, conocía ya la mayor parte de las especies de hierbas, tanto curativas, como especias... luego conoció a tu padre, y se marcharon al bosque. Creo que sólo la vi una vez más varios años después. Siento mucho que haya muerto.

- Creí que habías dicho que os separásteis cuando volvísteis a Sáyarot.

- Sí... bueno... - pareció dudar unos instantes -. El mundo es un pañuelo. Fue una simple casualidad del destino.

- Entonces... ¿mi madre podía predecir el futuro?

- Bueno... no exactamente. Podía ver imágenes futuras con total claridad y fijeza. No sabía cuándo pasarían, pero sí que eran inamovibles. La mayoría de "videntes", son siempre a corto plazo, puesto que el destino va cambiando conforme las elecciones que tomamos. sin embargo, el poder de tu madre sobrepasaba todo eso. Era realmente estupenda.

Noté cierto tinte de admiración en la voz de Drezan. Lo cierto es que, por su aspecto, él sólo tendría unos cuantos años más que mi madre. Quizá cinco o seis. Una idea asomó a mi mente, pero la deseché de inmediato por absurda.

Permanecimos unos minutos en silencio, hasta que Drezan volvió a hablar.

- Bueno, pequeña, regreso a mi casa. Tengo que preparar la cena. ¿Te apetece algo especial?

No sabía por qué, pero no me molestaba que me llamara pequeña. Por algún motivo que se me escapaba, me gustaba.
- No, cualquier cosa estará bien.

- Como quieras. Que disfrutes de la tarde. HAsta ahora - puso una mano en mi hombro para despedirse y dio media vuelta.

- Hasta ahora - le contesté. Cuando se hubo marchado, me acerqué al agua y me di un pequeño baño, saltando entre las olas. Parecía volver a ser una niña de 5 años, aunque con muchas preocupaciones más, aunque en aquel momento intenté olvidarlas todas.

No dije nada mientras íbamos a la playa. Yo iba completamente descalza por la arena. Las olas me acariciaban con suavidad los pies. Cogí de las manos a Vedrick y apoyé la cabeza en su hombro.

- Me duele verte así, Vedrick. De verdad que quiero hacer algo para que te sientas mejor, pero no sé el qué. Sólo te pido que tengas esperanza. Mi madre me dijo una vez que si pierdes la esperanza es que no te queda nada. Y a ti te queda mucho. Tienes a Taern. Me tienes a mí - lo abracé -. Siempre vas a tenerme.

La mire y la sonrei.
-Eso dices ahora.....jajaja-la abrace-estoy algo preocupado. No es nada. Pero es que esta situacion representa muchos cambios para mi. Necesito algo de tiempo para adaptarme. No es la soledad lo que me asusta. Es el haber perdido mi papel en el mundo. ¿que hare a partir de ahora?

- Estar conmigo, ¿te parece poco? - reí -. Ya veremos lo que hacemos, cariño. De todas maneras, si necesitas algo, desahogarte o lo que sea, dímelo, ¿vale?

-Por eso no te preocupes. Suelo tener un control estricto sobre mi persona-la sonrei.

- Pues eso no es bueno. ¿Tú no sabes el dicho ese que dice "mejor fuera que dentro"? Pues eso. Por cierto, ¿qué opina Saabath de todo esto? Que conste que no me he olvidado de él.

-El tiene la eternidad por delante. Todo esto le ofrece otra vision del mundo. Por el no hay problema.

- Qué aburrida. La eternidad. Anda, ven, ven al agua.

Tiré de él mar adentro.

-Eh, no me gusta demasiado el agua-acumule energia en los pies, y me puse de pies, sobre la superficie marina-veras....un baño en la bañera no esta mal..pero el mar....me supera....o en barco, o en nada.

- Oh, vamos, no seas tonto, no te va a tragar. Confía en mí. Anda, ven. Plis - le puse cara de súplica.

-Eso no es justo.....-me zambulli.

Fui detrás de él. Cuando salió del agua, lo salpiqué y reí.

- ¿Ves como no pasa nada?

-Por ahora.....tiempo al tiempo-nade un poco.

Salté y lo capucé brevemente. Después nadé y corrí para que no me alcanzara en dirección a la orilla, aunque me costaba mucho debido a la risa.

La alcance sin dificultades.
-Que no me guste el agua, no significa que sea un incompetente en ella-la agarre por un brazo y la pegue contra mi-nunca me subestimes.

- Nunca te he dicho que fueras un incompetente. Dudo que haya algo que no sea de tu competencia. Sólo quería divertirme un poco.

Negue con la cabeza.
-Perdoname....es que el agua me pone muy nervioso y tenso.

- ¿Por qué? Lo peor que te puede pasar es que un pez se quede enganchado en un dedo del pie. Además -le besé levemente el cuello -, ahora estás más salado. Se te puede comer.

-Que inocente....no sabes la de bichos infectos que hay en el agua-la agarre-capaces de devorarte, de comerte hasta el ultimo fragmento de piel...el primero yo-empece a devorarla.

- ¡Socorro! ¡Me comen! JAjajaja

Salí corriendo por la orilla de la playa, mirando hacia atrás.

Choco contra mi.
-No mires hacia atras, por que estoy delante tuyo.

Lo golpeé suavemente en el hombro.

- ¡Eso es trampa! - agarré los tirantes y lo atraje hacia mí -. Eres un tramposo. No vale correr tanto.

-Tampoco es justo que tu seas tan atractiva, y mira.

- Tampoco es justo que tú estés tan bueno, y mira - le sonreí con picardía.

-¿Yo soy bueno?....¿De caracter?....¿Seguro?....¿a que te refieres?-la agarre por la cintura