Río del Norte

-Llevas toda la noche, y parte de la mañna durmiendo. No podemos esperar mas...venga

- Es que hace tiempo que no dormía así.

Me levanté y recogí mis cosas. Los cuatro nos reunimos en la orilla del río.

- ¿Y bien? ¿Quién cruza primero?

-Yo no

- Lo haré yo - se ofreció Taern.

Se metió en el río, y a los varios pasos el agua ya le cubría hasta el pecho. Se movió un poco hacia la izquierda y se hundió más todavía. Avanzó hacia la derecha y al poco ya sólo le cubría por la cintura. Tanteó un poco más el terreno hasta que encontró el sitio por donde el río era menos profundo.

- ¡Seguidme!

Drezan fue el siguiente. Cuando ya hubo avanzado algo miré a Vedrick.

- ¿Quieres ir tú ahora? No te va a pasar nada.

-Supongo que no debemos de llamar la atencion....asi que no pasare corriendo sobre el agua-fui por la ruta q me indico Taern.

LA corriente era fuerte, pero el paso era seguro y no tardamos demasiado en llegar a la otra orilla, aunque cuando salimos íbamos calados de cintura para abajo, exceptuando a Taern, que chorreaba de arriba abajo.

- Menos mal que el sol calienta...

-Mierda de agua.

- No te ha comido, Vedrick. Además, así vas fresco durante toda la mañana. Vamos.

Y echamos a andar hacia el norte.

No pare de quejarme en todo el dia.

- Si quieres puedes quitarte los pantalones, se secarían antes - aseguró Taern.

- No es mala idea, no... - reí, mirando de reojo a Vedrick -. ¿Te imaginas que lo hubiéramos cruzado por la noche?

- Creo que no hubiéramos dormido ninguno - coreó Taern. Ambos reímos. Yo abracé a Vedrick.

- Anda, sonríe. Que tampoco es para tanto...

-Fijate, ahora peso el doble. Estoy humedo, con frio...se me va a irritar la piel.

- ¿Cómo se te va a irritar la piel? Luego dicen que las mujeres somos delicadas... Anda, paremos. ¿Llevas ropa de cambio?

-¿estas de broma?....no vamos a parar.....y te recuerdo q esta ropa nisiquiera es mia

- Pues entonces no te quejes. Siempre puedes seguir el consejo de Taern. Yo no tengo ningún problema, y no creo que Drezan se queje...

-Sois unos depravados

- No, intentamos solucionar tus problemas. Aunque yo por lo menos no sé en qué consisten exactamente. A todos los pesan más las ropas, todos estamos húmedos... y por lo menos a mí no se me irrita la piel. Yo creo que es más bien cosa del agua en sí.

-Veo q empiezas a vislumbrar el problema

- Bueno, pues explícamelo del todo para que pueda ayudarte a solucionarlo, ¿te parece?

-es sencillo, odio el agua.

- Pues no parecía lo mismo cuando estábamos en la playa. Además, tienes que odiarla por algo... no puede ser irracional.

-Una cosa es estar contigo en el agua, y otra es estar empapado....

- La cuestión es que una vez que sales, conmigo o sin mí, sigues empapado. Tampoco es para tanto.

-¿Podemos dejar el tema? No voy a cambiar ahora....

- Bueno, vale. Solo intentaba ayudar.

-Es inutil...la odio y punto