Vhirendärsil

-¿Te refieres al entrenamiento con la lanza? Yo creo que no hace falta que vuelvas.

- De acuerdo. Entonces, os dejo continuar. Gracias por todo.

Me alejé de allí a paso rápido. Ni siquiera fui al salón a cenar. Seguía sin tener hambre. Me dirigí directamente a nuestro árbol y me senté en el balcón, observando cómo atardecía. Necesitaba relajarme, asimilarlo todo. Eran demasiadas cosas a la vez.

-Bien..suficiente descanso...continuemos-se sentó y empezó a moldear energía. Activé mis ojos.
-Un perrito.
-Bien...¿y ahora?

"Hija de la luz..." Eso había dicho el duende. Esta vez Jein no me vería.

Descendí del árbol y salí cuidadosamente hacia la espesura. Había pasado un día, pero esperaba poder recordar el rastro de energía de aquel ser. Tardé casi media hora en encontrarlo. Pero cuando me familiaricé con él me resultó nítido, claro y fácil de seguir. Me interné en el bosque siguiendo el mismo recorrido que el duende habría seguido la noche anterior.

Hyouma se puso serio de repente.
-Creo que es suficiente...mañana empezaremos con el segundo nivel ocular.
-Eh...de acuerdo.
-Beleren...antes de ir a comer o a tu cuarto, date una vuelta por ahí-señaló el bosque-¿lo harás?
-¿Para que? ¿Sucede algo?
-No, simple curiosidad..mañana cuentame si viste algo...
-Vale.

En apenas 15 minutos, había recorrido un largo trecho. Notaba tanto el rastro de energía que casi corría. Tropecé con una rama baja y rodé por el suelo, pero apenas me hice un par de rasguños. Volví a incorporarme y seguí de nuevo. Las enseñanzas de Nerhïndwen resultaban útiles. En condiciones normales, debería haber parado hacía rato. Ahora, hacía una carrera de casi media hora sin notar cansancio alguno. Sólo me frené cuando, de repente, el bosque terminó. Era como si alguien hubiera cortado la isla en dos. Delante de mí ya no había árboles, ni belleza. Sólo una extensión fría y yerma de tierra oscura y humeante.

Continué por el bosque, y no vi nada. Asi que seguí adelante. Me di cuenta que Hyouma había jugado conmigo. Dalayn estaba delante de mi

Un flujo de energía conocido llegó hasta mí. Me di la vuelta.

- Pensaba que estabas entrenando.

-Hasta hace un rato. Hyouma me dijo que viniesa aquí. No se como se las habrá apañado, pero sabía que estabas aquí...¿Que es este lugar?

- No lo sé. Me fui al cuarto, a pensar... y recordé lo que me había dicho el duende anoche. Me dijo: "Tú eres la Bendición y la Maldición. Ten cuidado con lo que habita en el bosque, hija de la luz". ¿Cómo sabía que mi elemental era el de la luz? Seguí su rastro. Hasta aquí.

-Ya veo...¿vas a seguir adelante?

- Supongo... ¿Quieres venir?

-Claro. De hecho creo que Hyouma quiere que vaya

- Entonces vayamos.

Uní mi mano con la suya y juntos avanzamos por aquella tierra desolada. Me di cuenta de que había perdido el rastro del duende. Desaparecía junto a los árboles. Más allá, la energía era uniforme.

- ¿Alguna idea de por dónde seguir? No hay rastro.

-No tengo ni idea...no ha dejado rastro. Pero no se donde se puede haber escondido en un sitio comoe este

- Creo que hay un hechizo. No percibo absolutamente nada - lo miré -. ¿No sería mejor preguntárselo a Nerhïndwen o a Hyouma?

-Puede ser...pero creo que no pasará nada por avanzar un poco ¿no?

Asentí y continuamos caminando. Llegados a un punto, el escudo de energía pareció disiparse un poco, sólo lo justo para dar paso a un torrente procedente de un solo punto.

- Hay algo ahí delante.

-Acerquemonos con precaución. A sabe lo que es.

Cuanto más nos acercábamos, más energía llegaba, tanto que incluso me hacía daño. Cerré el flujo. Sin embargo, allí parecía no haber nada. Todo seguía con el mismo paisaje.

- Vamos a ver qué hay aquí.

Extendí una mano y murmuré un hechizo para revelar lo que escondía el otro. Una imagen surcó mi mente, tan nítida que parecía real, con una fuerza que me hizo retroceder varios pasos. La energía se abrió paso a través de mí y tuve que parar el hechizo y expulsar la energía sobrante; pensaba que podría explotar.

Cuando volví a ver la tierra yerma, boqueaba a causa del esfuerzo.

-¿Y bien?-dije algo preocupado-¿Que hay?

- Es un árbol. O algo parecido. Pero es enorme... y extraño. Es lo que mantiene todo el hechizo. Demasiada energía, no puedo romperlo.

Respiré hondo para recuperar el aliento.

-¿Un árbol?..bueno, veré que puedo hacer...Saabath..-unas marcas rojas como la lava aparecieron por mi cara. Noté el poder de Saabath corriendo por mis venas-Muestrate

El elemental ocupó el lugar de Vedrick. Sonreí.
- Cuánto tiempo, Saabath - lo saludé.

-Hola encanto. ¿Problemas con la foresta? jajaja...patético-señalé a donde supuestamente estaba el árbol-Tú...aparece o muere.