Senda de arena.

Me quedé parada frente a él.

- Así pienso pasarme toda la noche - sonreí.

Me encoji de hombros.
-Eres cabezona....no pienso discutir mas-apenas quedaria un cuarto de hora para que la oscuridad fuera total

- Así me gusta.

Crucé las piernas y me recosté en el suelo, dejando mis cosas al lado del caballo. El cielo estaba poblado de estrellas. Me puse a observarlas detenidamente, intentando vislumbrar las figuras que formaban entre ellas. Era un buen método para no dormirse. Además, ya no se veía nada en la inmensa soledad de aquel paraje.

Empece a practicar movimientos con mis manos, y a repasar algunos sellos. Habia q estar preparado

- Eres muy perverso, ¿sabes? Me está picando la curiosidad con tus recursos. Ahora sí que no podré pegar ojo - reí mientras buscaba la estrella del norte.

La mire de reojo.
-Escojiste, ahora, atente a las consecuencias-segui a lo mio

Mire hacia el lugar de donde procedía la voz y lo atraje hasta mi lado. Su perfil ocultó las estrellas. Me incorporé apoyando las manos en el suelo, y nuestros rostros quedaron apenas a un palmo de distancia.

- Creo que no me expresé con claridad - me acerqué con lentitud, rozando mis labios con los suyos, sin llegar a besarlo -. Lo que quería decir era que sería mejor que no me los enseñaras si DURANTE la demostración me dormía. Pero - entonces me separé de él y volví a acostarme, mirando las estrellas de nuevo -, como fui yo la que no se expresó bien, pues nada, me aguantaré.

Levante una ceja. Obviamente eso no funcionaba conmigo.
-Asi me gusta, responsable con las decisiones.

Negué con la cabeza

- Ah, ah. Que tu no me entendieras no es culpa mía. Yo sólo tengo la culpa de haber sido irónica, al igual que tú la tienes por no haberme entendido. Así que los dos nos aguantamos. Después de todo, el que quería mostrar sus recursos eras tú - sonreí aún más, todavía mirando el cielo -. Pero bueno, yo cargo con mi parte de culpa. Soy responsable de mis decisiones, como bien has dicho.