Rio Peak

Al acercarnos al gran muro seguimos el camino del rio peak, acampabamos al lado y durante el dia andabamos por los caminos paralelos al rio, todo tranquilo, aunque el paisaje empezaba a cambiar, un dia, despues de un tiempo, trizerarkun volvio de caza, muy nervioso

Habíamos parado en una orilla tranquila del río cuando vi venir a Trizerakun bastante alterado, ¿qué le habría pasado?

Le pregunte que pasaba y me respondio muy preocupado "cientos de enemigos apostados en las montañas, tienen una pinta muy extraña, parecen norteños, o porlo menos no son de stas tierras, los hay a cientos, todos arqueros, y vigilan todos los pasos que hay en la montaña", mire a daenerys y le dije lo mismo que me habia dichoel dragon y esperé su respuesta

-Pídele que te los describa mejor, si son pálidos, si tienen el pelo claro- en aquel momento me temí lo peor.

Le transmiti la descripcion a Trizerarkun y dijo que si, que asi eran, aunke habian algunos que tambien eran de piel morena, se lo dije a daenerys a ver que decia

-No podemos cruzar las montañas con un ejercito apostado en ellas- dije yo, algo pesimista, la cosa se ponia dificil, parecia como si ons esperasen

-Tenemos que encontrar algún paso bajo las montañas, o de lo contrario tendremos que salir corriendo de aquí- dije con tono de preocupación

-Pero tu conoces algun paso ?? porque yo solo he pasado a veces por aqui encima y en dragon, no se nada a nivel de tierra

-Había leyendas sobre misteriosos habitantes que vivían bajo el muro de hielo en la eterna oscuridad, pero vete tu a saber que hay de cierto en eso, lo que si es cierto, es que si volvemos atrás tendremos que dar un rodeo enorme.

- Yo voto por buscar a los habitantes esos, no creo k tengamos nada que perder, asi que...- dije- quieres que le diga al dragon que busque la entrada?? y asi nosotros descansamos?

-Está bien, pero no podemos quedarnos aquí mucho tiempo- Trizerarkun salió a busrar alguna entrada en la montaña y mientras nosotros nos quedamos ahí esperando.

Trizerarkun vino a media noche mientras daenerys hacia guardia, me llamo para decirle las noticias del dragon, dijo que habia visto una obertura un poco mas al este de donde estabamos, unos pocos km antes de llegar al pie del muro, se lo dije a dany y espere, el dragon tambien me dijo que montados en el podriamos llegar en una hora esa misma noche

-Yo creo que tendríamos que intentarlo pero no podemos ir montados en Trizerarkun, podríamos llamar la atención, lo mejor es que salgamos ahora mismo.

-de acuerdo - me di la vuelta y coji mis cosas, cuando empeze a andar me di cuenta de que trizerarkun no nos seguia, aquello no era normal, me volvi hacia el y le dije que porque no venia, el me miro apenado y me enseño una herida debajo del ala, era muy profunda, corri hacia el y le examine la herida pero al acercarme el bajo el ala y me aparto "que haces?? dejame ayudarte!", el respondio "no.... no kiero k me ayudes, ni tu ni nadie, ya es hora val, ya es hora, vivo ya desde hace muxos años, soy viejo, estoy bien pero soy viejo,ya es hora de que reuna con los otros dagrones..." mientras decia esto las lagrimas bañaban mis ojos, akel era el unico amigo que habia tenido desde mi infancia, no, no podia morir asi tan facil " trankilo, ers una gran demonio, o humano, o lo k seas, me da igual, has sido un gran amigo y te lo agradezco y haré algo ultimo antes de irme...." con esfuerzo lanzo la cabeza hacia atras y descargo una gran llamarada a mi lado, la llamarada fue las mas larga que vi en mi vida lanzada por un dragon, y el calor me abrasaba incluso a mi, cuando empezo a aflojar la fuerza de las llamas empeze a ver una vaga forma bajo las llamas, una espada, con un dragon tallado en negro en la empuñadura y un filo negro-azulado, era muy larga, de golpe el dragon paro de hechar fuego y cayo inerte al suelo, y yo me quede alli quieto junto a la espada mirando el cadaver de Trizerarkun

Contemplé la escena como si de un espectador se tratase hasta que me di cuenta de la situación. Me acerqué a Valeryon y me acuclillé junto a él.

-Val, tenemos que irnos.- de repente, vi aparecer sobre las montañas la silueta majestuosa de una Stígora, del continente de Velaria, sus alas refulgían en un destello azul de hielo que contrastaba con la luz del atardecer que venía del oeste, no pude distinguir al jinete pero nadie sino un veleariano podía montar a una Stígora, si no salíamos rápidamente de ahí nos encontraría.

-Val vamonos de aquí ya- dije, él no se movía pero yo empecé a recoger mis cosas.

Me levante y me acerqué a la espada, la toque y me quemó, estaba demasiado caliente para tocarla, asi que la lie en unos trapos que ardieron rapidamente, miré el libro e hize un conjuro para aislar la espada, lo consequi y pude guardarmela en el cinto junto a las otras dos, aunke esta era muy larga y me costaba andar con ella, cuando lo coji todo me volvi hacia daenerys que ya estaba preparada

Miré a Valeryon, sabía que aquello le dolía, que probablemente hubiera querido algo mas de tiempo para despedirse de Trizerankun, pero la Stígora estaba cada vez más cerca probablemente ya nos hubiera visto, monté en Araelfi y comenzamos a galopar rápidamente hacia donde nos había dicho el dragón.

Cabalgabamos muy rapido entre los arboles arañandonos la cara y el cuerpo, a mi la espada de trizerarkun a pesar de ser tan larga no me pesaba nada, algo extraño, de golpe oimos un chillido agudo sobre nosotros y vimos como la Stígora se avalanzaba hacia nosotros a la vez que vimos aparecer a lo lejos la entrada que nos habia dicho el dragon, casi invisible a kien no la busca, asi que aceleremos con la Stígora tras de nosotros

Estábamos a punto de llegar pero sabía que la Stígora iba a atacar de un momento a otro, así que me mantuve preparada sin detenerme, de repente la criatura soltó una vocanada de aire helado, nos habría matado si no llega a ser porque en el ultimo momento detuve el caballo y formé una barrera que detuvo el ataque, vi entonces al jinete, un veleariano de cabello gris y ojos gris muy claro, murmuré un hechizo para mis adentros, seguidamente alcé una mano y un torrente de magia salió disparado hacia él, unos instantes después yacía inerte en el suelo. La Stígora emitío grito agudo y yo aproveché para alcanzar a Valeryon que ya entraba por la hendidura de la montaña.