Cueva, Interior del pico Kenzar

Lo miré con cara seria

-No huyo porque no te tengo miedo, y no te repudio porque estaría haciendo lo mismo que hicieron conmigo, y que siguen haciendo, mo me estaría haciendo justicia a mí misma desde luego, porque en cierto modo veo algo mío, algo parecido a mí en tu interior.

La miré fijamente a los ojos, habia ternura en ellos, no podia engañar a nadie, no podiamos engañarnos
-gracias... - y me acerqué mas a ella sin apartar mi mirada de la suya

-No hace falta que me lo agradezcas- le mantuve la mirada unos instantes- deberíamos descansar un poco antes de seguir- dije.

-Yo no estoy cansado, ni tengo hambre.....-dije sombrio

Continué mirándolo fijamente.

-Eres un cabezota- pero desde luego yo no iba a estar detrás de él como si fuera un niño pequeño- no te niegues a ti mismo las evidencias, y si te las quieres negar, niegatelas, que yo voy a dormir un rato- le dije esto y me recosté cerca de él sobre una roca.

- tampoco soy mas cabezota que tu....- y dicho esto me apoye en una piedra y permaneci alli kieto, cerca de ella

-En estos momentos desde luego que sí, en vez de intentar descansar, comer algo, reponerte, no, tú te hundes en el resentimiento...-suspiré y cerré los ojos, la luz de la luna me iluminaba.

Suspiré, mayormente porque tenia razon, pero no me apetecia comer en ese momento, asi que me arropé un poco en donde mismo estaba, cerca de donde estaba ella, e intenté relajarme y dormir un poco, pero no podia, las pesadillas me atormentaban con gente chillando y fuego calzinandolo todo

Me di cuenta de que Valeryon no podía dormir, pero la verdad es que yo tampoco podía, no paraba de recordar todo lo que había visto en mi mente, y así pasamos la noche.

Nos levantemos temprano porque ninguno habia dormido, y empezemos otra vez el descenso, al poco tiempo ya stabamos al pie de la montaña y alli staban nuestros caballos

Allí estaba Araelfi que vino trotando hacia mí, le acaricié la cara. Avanzamos un poco pero la mala suerte nos encontró, en el camino, nos salieron al paso un montón de bestias y demonios como los de la otra vez.

Mierda, otra vez la misma historia, otra vez los mismos, pero sta vez no iba ningun enviado para hablar conmigo, me guardé el libro y me lanzé hacia ellos arremetiendo contra los demonios como si ellos hubieran tenido la culpa de mi desgracia, era un ser desbocado

Me lancé yo también sobre todos ellos, vi a Valeryon que luchaba con desgarro y fiereza, yo con mas frialdad, tardamos poco en vencerlos. Miré a Valeryon:

-Tenemos que salir de aquí cuanto antes.

- Si, mas vale que hoy no paremos mas que unos minutos- me subi a mi caballo- ve con el arco preparado, si nos salen mas al paso los heriremos en las piernas y correremos, somos mas rapidos, no podemos permitirnos de luchar en cada loma, acabarian cansandonos- la mira preocupado- parece ser que este libro es algo muy importante

Salimos rápidamente, ahora lo importante era llevarle aquel libro a Sumlaris.